De las 57 veces que se detuvo la unidad 2 614 de la cooperativa Disutransa para dejar o recoger pasajeros, 45 fueron en lugares que no estaban señalizados como paradas. Desde inicios de abril, el Municipio aplica un sistema de control satelital, para detectar las contravenciones que cometen los choferes de los buses. En las unidades se instalaron chips.
A las 10:04 de ayer, la unidad 2614 de la línea Registro Civil-San Gabriel partió desde la terminal de Quitumbe, en el sur. Frente a la terminal hay una parada con una visera y una paleta informativa con el listado de las rutas que circulan por esa vía.
En la esquina de la av. Cóndor Ñan y Quitumbe Ñan, Christian Muñoz, el conductor de la uni dad, se detuvo a recoger dos pasajeros que esperaban en la zona peatonal de la intersección. A lo largo de la Quitumbe Ñan y av. Teniente Ortiz, las paradas señalizadas son escasas.
A las 10:26, el bus tipo tomó la av. Ajaví. Ahí solo se contabilizaron cuatro paradas señalizadas.
En general, para los pasajeros son las intersecciones los puntos de referencia para embarcar o desembarcar de las unidades de transporte. Algunos incluso aprovechan los semáforos o la congestión vehicular para hacerlo.
Para el plan piloto de control se instalaron sistemas de rastreo satelital en 511 unidades que operan en 33 cooperativas de transporte. Estos aparatos son monitoreados en el Centro de Gestión de Flotas, ubicado en la av. Mariana de Jesús. Técnicos del Municipio registran las detenciones, los cambios de ruta o si se detuvo en un lugar no autorizado.
Según el Cabildo, las sanciones comenzarán aplicarse de acuerdo con lo que establecen las Ley de Tránsito y las ordenanzas. Por el momento, el control sigue dependiendo de la capacidad operativa de la Policía.
Hasta junio se espera que el sistema de control se pueda aplicar en los 2 400 buses que circulan en la capital.
Muñoz se pasó en dos ocasiones la luz roja del semáforo. En ningún caso fue sancionado. Las sanciones por irrespetar las paradas tampoco se aplican. Hernán Zambrano, gerente de la empresa Disutransa, explicó que antes de iniciar el control y las sanciones se debe realizar un estudio técnico para la instalación de paradas en cada ruta. “Hay tramos en los cuales las paradas señalizadas están muy distantes unas de otras”. Eso, dice Zambrano, obliga a los usuarios a improvisar paradas.
Actualmente, se han colocado 450 paradas en todo el Distrito. En el recorrido de la unidad 2614, entre Quitumbe y el Hospital Metropolitano, solo se contabilizaron 18 señalizadas.
En el trayecto también se identificaron puntos conflictivos como el de San Roque, donde no existe señalización ni andenes adecuados y los choferes tienen que recoger y dejar a los pasajeros en medio de la vía.
Otro punto conflictivo es el del Hospital del Seguro Social. Al llegar a la av. 18 de Septiembre, Muñoz tomó el carril izquierdo para luego girar hacia la av. América. En ese tramo, tres pasajeros decidieron bajarse del bus en la mitad de la vía.
Entre la calle Ramírez Dávalos y la av. Mariana de Jesús, en más de 1 kilómetro solo hay dos paradas señalizadas. Muñoz aseguró que el respeto de las mismas no solo depende de la disciplina del chofer frente al volante, también de la actitud de los pasajeros.
Cada mañana, Anabel Yanchapaxi debe caminar seis cuadras para subirse a una unidad de la línea Solanda-Universidad Central. “Cuando los buses paran donde sea se incrementa la congestión y el viaje se demora más”.
La unidad 2614 hizo 1 hora y 34 minutos de Quitumbe al Hospital Metropolitano.