Indiferencia frente al maltrato infantil

Imagen sin titulo

Imagen sin titulo

Dayana T. tiene 11 años y vive en la Argelia Alta, en el sur. De lunes a viernes, por las mañanas, estudia en la escuela Vicente Crespo, cerca de su casa.

Durante la semana, tres o cuatro días, ella debe trasladarse al sector de El Camal en bus, para ayudar a su mamá en el puesto del mercado. Cuando viaja lo hace en unidades llenas de pasajeros y es maltratada.

El viernes, la niña -que usa lentes- cargaba una mochila amarilla y mientras iba camino a su casa, contó que no todos los conductores de los buses la llevan.

“Toca esperar un buen rato. Debo buscar paradas donde estén personas adultas para que el bus pare y me lleve. Otras veces, los choferes y controladores nos gritan que sigamos para atrás”.

Un suplicio similar sufre Wendy L., de 9 años. Ella, cada mañana sale de su casa, ubicada en Guamaní, a las 06:00, para ir a la escuela 5 de Junio, en San Bartolo. Para subirse a un bus de cualquier línea urbana se demora entre 15 y 20minutos. Todas las unidades pasan llenas y no la llevan.

La Fundación Corpovisionarios realizó un estudio en siete ciudades de América (ver infografía) sobre el maltrato a los niños. La conclusión es que en Quito hay la mayor indiferencia al maltrato a los niños y el menor llamado a la autoridad en estos mismos casos.

El informe revela que 2 136 menores fueron víctimas de violencia intrafamiliar, en el año 2 009. Alejandro Pazmiño, técnico del Consejo Metropolitano de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (Compina), dice que la mayor muestra de la intolerancia de los quiteños con los niños se manifiesta cuando ellos intentan coger un bus urbano y el conductor no se detiene. “Saben que paga medio pasaje”.

Otra de las formas de into-lerancia, según el especialista, ocurre en las unidades de transporte urbano, incluidos los sis-temas de transporte escolar y municipal.

El Compina realizó un estudio en Quito que consistió en encuestar a 2 000 niños, niñas y adolescentes de 86 escuelas y colegios fiscales, particulares y municipales, que se movilizan en transporte público.

Del total de infantes encuestados, el 45% utiliza bus. Asimismo, de los 900 niños, el 61% asegura que sí ha sido maltrato cuando viaja. Los resultados también demuestran que los niños y niñas de 6 a12 años son los más afectados.

Danny G., de 9 años, estudia en la Escuela del Bicentenario, en el sur. Sonríe y dice que cuando viaja con sus amigos, hay choferes que les gritan y que les obligan a que se callen. “Enojados nos dicen que no estorbemos en la puerta”. El estudio del Compina revela que el 66% ha sufrido maltratos verbales, el 20% maltratos de tipo físico y el resto otro tipo de agresiones.

Entre los maltratos físicos se incluyen los empujones, pisotones y aglomeraciones. “A veces siento asfixia. Los grandes me golpean con los codos. También hay gente que nos aplasta”, dice el inquieto Danny, mientras juega con una pelota de fútbol.

Pazmiño detalla más muestras de intolerancia contra los niños. Por ejemplo, cuando el adulto o el maestro no le permite al niño participar, opinar o decir algo en alguna reunión. Eso también es muestra de intolerancia.

“La ciudad no está pensada para los niños. Las canchas de fútbol están diseñadas con arcos grandes, para adultos. La violencia que se vive en la casa, en las escuelas o en la sociedad también refleja la intolerancia contra ellos”, sostiene el especialista.

El miércoles pasado, en una de las estaciones de la ecovía, en el norte de la urbe, la madre de Melany (nombre protegido) se molestó cuando la pequeña, de 6 años, pidió un helado.

Lo primero que hizo la mujer fue gritarle que no tenía dinero. Luego, la tomó de la cabeza y le hizo sentar. Otra vez le gritó.

Un usuario del sistema intervino y levantó a la niña que lloraba. Le pidió a la madre un mejor trato. Melany aún pedía el helado. El caso no fue denunciado.

La intervención del extraño fue una excepción. Cuando se repiten ese tipo de escenas, la mayoría de veces hay indiferencia, según el estudio de Mockus. En la encuesta de Corpovisionarios se indica que el 37%, de los 1 700 encuestados, dice que prefiere no meterse. Martha Arellano, psicóloga infantil, cree que la falta de participación de los ciudadanos, en este tipo de casos, se originan porque las personas desconocen los derechos de los niños. Ella recomienda aconsejar a los padres y hablarle al pequeño con cariño.

Eso es lo que más le gusta a Jessica Q., de 10 años. Prefiere que su madre le reprenda verbalmente por una mala nota en clases a que su padre le pegue. Ella cuenta que cada vez que pierde un cuaderno la maltratan.

“Mi papá siempre me da correazos. Yo le tengo miedo. No le aviso a la señorita en clases, porque llegó a la casa y me vuelve a pegar”, cuenta con timidez.

Para Arellano, el maltrato infantil causa problemas en el rendimiento escolar de los niños. En esos casos, recomienda que los maestros de las escuelas también trabajen con los niños en la difusión de sus derechos.

El Compina promueve la defensa de los derechos y el respeto de los niños, para que se denuncien los casos de maltrato infantil. Sin embargo, hay casos que no son denunciados.

Según la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen) se registraron 167 denuncias por maltrato físico y psicológico a menores, en el 2010.

Otros detalles

Según el informe  de la Dinapen, las provincias donde se registran el mayor número de agresiones a los niños es Imbabura, Manabí y El Oro. 

Según el Compina,  las formas de maltrato físico a los niños son  apretones, empujones, subidas

o bajadas ‘al vuelo’,  con el  riesgo de caídas, tropezones, atropellos, entre otros.

  

Los niños  que son objeto de agresiones y violencia también muestran angustia extrema ante el llanto de otros niños, temor luego de la escuela y fobias.

Frases de los niños, según el Compina

En los buses urbanos  es frecuente escuchar: “Te bajas si no pagas 25 centavos”.  “Paga o te bajas”.

“Si ustedes quedan debiendo nadie les dice nada”. “Medio pasaje paga solo el inválido”.

“No estás con uniforme”. “Con esa pinta y estudiante”. “Ya eres viejo, paga”.  “Paga rápido malcriada”.

Suplementos digitales