En 1964, el arquitecto español Jaime Ortiz firmó un convenio para la construcción de la iglesia de Nuestro Señor Sacramentado, El Sagrario. El templo se erigió en las actuales calles García Moreno y Espejo, sector en el cual se asentaron los primeros pobladores de la ciudad.
Por el sitio destinado para su construcción cruzaba la quebrada de Sanguña, que bajaba desde el Pichincha hasta el Machángara. Eso y el desnivel del terreno implicaron un reto para Ortiz. La edificación, de 1 188 m², se levantó sobre cimientos de más de 14 metros. El trabajo de artistas de la Escuela Quiteña como Legarda, Albán y Sangurima son parte de su riqueza cultural.