La entrada vistosa y llena de luces se apagó en marzo del 2012. Actualmente, de ese ingreso exclusivo para el casino del Hotel Hilton Colón, ubicado en la calle Juan León Mera y 18 de Septiembre, solo quedan una pequeña escalera y una puerta corrediza cerrada.
Miguel Puente, comerciante, recuerda que desde entonces no volvió a ver la puerta abierta. Tampoco las luces de colores encendidas ni la cantidad de personas que ingresaban al sitio a partir del mediodía. Cree que el sector era más movido que en la actualidad, pero su negocio no se ha visto afectado. En cambio, a una pequeña de 15 años, quien vende cigarrillos sí le redujeron los clientes. Pero, ya nada puede hacer. Ahora debe recorrer toda La Mariscal.
Pese a todo, el movimiento en esta parte del hotel no se ha terminado por completo, simplemente la dinámica cambió. Hoy el ajetreo depende del día y de la actividad que se desarrolle en el sitio, desde que los 1 000 metros cuadrados del casino se convirtieron en dos salones. Allí se efectúan bodas, fiestas de quinceañeras, bautizos, congresos, seminarios… Patricio Jiménez, gerente del Hilton Colón, explicó que la instalación de dos salones fue la transformación más lógica que emprendió la firma, considerando que saben manejar este tipo de negocios. En la actualidad tienen 24.
El cambio que se nota en el hotel luego del cierre del casino es en los huéspedes, al no existir este espacio, ahora la mayoría de ellos visita el bar o la cafetería. Otros prefieren salir a pasear, pero ya no permanecen en el interior del establecimiento. También dejó de recibir a la gente que no estaba hospedada, pero que gustaba de jugar un rato o todo el día.
En el Hotel Quito se decidió hacer lo mismo con el espacio que quedó libre luego de que se aplicó lo dispuesto en la consulta popular del 2011. Allí se habilitaron dos salones, en los cuales se alberga de 700 a 800 personas. María del Carmen Izurieta, gerente de eventos y banquetes, dice que estos sitios cuentan con buena acogida y que allí se efectúan diversos actos sociales y empresariales. Además, de congresos y seminarios. Por este motivo, considera que para el establecimiento no hubo perjuicio con el cierre del casino. Esto debido a que este lugar de encuentro tenía otro dueño.
Los taxistas de la cooperativa Hotel Quito dicen que solo cambió el movimiento en el exterior del lugar, pero que en la zona la vida nocturna, sobre todo durante los fines de semana, se mantiene igual. Esto debido a que en este sector existen bares y restaurantes. Solo se apagaron algunas luces, el resto continúa encendido.
Marcela Vargas, quien trabaja por el lugar, coincide con los conductores. Los viernes el movimiento en el sector es alto. No cree que se note la falta del casino debido a que la actividad se desarrollaba en el interior del sitio y desde afuera no era visible. El casino fue un vecino que se fue, pero su ausencia no se siente.
El Hotel Mercure, ubicado en la avenida Amazonas y Roca, en La Mariscal, no desechó toda la infraestructura de lo que un día fue el Montecarlo. El toldo de luces y metal que está en el ingreso es la mejor prueba de que allí funcionó un casino. Los trabajadores se atreven a decir que se trató del más grande de la ciudad.
Las luces aún llaman en las noches a los transeúntes de la popular avenida Amazonas, pero ya no para que se entretengan con los juegos de azar. La estrategia cambió. Ahora funciona la Bakery Coffe Lunch. Un sitio que goza de buena acogida entre los ejecutivos de la zona La Mariscal. Al lado está, Ethnic Collection, una tienda de antigüedades y artesanías que está en este sector desde hace 20 años. También hay una cadena de comida rápida y un restaurante tradicional.
Los tres negocios ocupan un poco más de la cuarta parte de lo que fue el casino Montecarlo. Marisol Mosquera, gerente del hotel, anunció que en mayo se inaugurará el gran salón de Quito. En este espacio de aproximadamente 500 metros cuadrados, se están ultimando los detalles para que entre en funcionamiento.
Este espacio contará con un escenario y oficinas. Mosquera menciona que la idea es lograr convertirlo en el lugar preferido y más idóneo para la ejecución de importantes ferias empresariales, congresos y convenciones. De una forma u otra el trajín en estas áreas no terminó con el cierre de los casinos.
Trabajadores, indemnizados
Luego de que los cerca de 1 700 exempleados de los casinos que contaban con los permisos del Ministerio de Turismo dejaron sus trabajos, se inició el proceso de indemnización. Algunas de las salas de juego no cumplieron con esta obligación de forma inmediata, debido a que no contaban con el capital para hacerlo.
Para ello esperaron vender las máquinas que tenían en estos centros. En febrero del 2013 el ministro de Relaciones Laborales de ese entonces, Francisco Vacas, expresó en una rueda de prensa que ya se habían cancelado las liquidaciones de los 1 700 ex trabajadores.
Las empresas que eran legales pagaron esos rubros en su totalidad, mientras que las que no estaban en regla lo hicieron con la colaboración del Estado. Como resultado de esto las máquinas entraron a liquidación para recuperar el dinero que se destinó para este proceso. Ángel Vaca, extrabajador de un casino, contó que se montó su negocio propio. Le fue difícil conseguir trabajo, pero aseguró que le va bien.
En contexto. En el 2011 se efectuó la consulta popular y referéndum en el país. La pregunta dos hizo referencia a si los ciudadanos estaban de acuerdo con prohibir los juegos de azar en casinos y salas de juegos. La respuesta fue afirmativa. Los casinos cerraron en marzo del 2012.