Un hogar diseñado para reducir el uso de energía, aprovechar los recursos naturales y reutilizar el agua y los desechos que generan sus habitantes es posible. Un prototipo de este tipo de vivienda se expone actualmente en Yaku, Museo del Agua.
La exposición, llamada Media Agua estará abierta hasta el 15 de enero. David Páez, mediador del Museo, explica que la altura de Quito, 2 800 msnm, favorece la utilización de energía solar. El objetivo es aprovecharla para recurrir menos a fuentes de energía convencionales, nocivas para el ambiente (electricidad, gas, etc.).
Para esto, se recomienda construir la casa con base en una arquitectura pasiva. Esto significa que debe tener ventanas, claraboyas y persianas que faciliten la penetración de los rayos solares.
De este modo la casa conserva una temperatura agradable y no es necesario utilizar sistemas de aire acondicionado, ventiladores o calentadores a gas.
La energía solar, también sirve para calentar el agua utilizada en el hogar. En la exposición, hay un panel de vidrio que contiene una manguera enrollada encima de envases de cartón.
El efecto invernadero que se genera cuando los rayos solares hacen contacto con el panel aumenta la temperatura del líquido vital, que se utiliza para lavaplatos y lavamanos. Su uso no es recomendado para la ducha, porque el calentador casero no puede contener grandes cantidades de agua.
En la cocina, el agua que se consume para lavar platos se reutiliza para regar plantas o trapear pisos.
Esto es posible con una trampa de grasa. Se trata de una manguera que conduce el agua utilizada en el lavaplatos hacia un cajón donde se separa el agua de la grasa. El tubo transporta el agua hacia un filtro casero, construido con un recipiente que contiene gravilla, arena y carbón.
En la exhibición también hay un prototipo de baño, donde el agua que cae de la ducha y del lavamanos es conducida hacia el tanque del inodoro para rellenarlo y reciclar el agua.
Media Agua también promueve la reutilización de las botellas de plástico. Este material tarda entre 100 y 1 000 años en descomponerse totalmente.
Por ejemplo, si se colocan dos botellas rellenas de piedras en el tanque de los servicios higiénicos, se ahorran dos litros de agua en cada descarga. Asimismo, pueden reemplazar los rellenos de algunos materiales de construcción utilizados para pisos y paredes, como el espuma flex del prefabricado.
En la exhibición se recomienda utilizar materiales de construcción para la vivienda cuyos procedimientos de fabricación tengan un impacto mínimo sobre el ambiente. Una alternativa es el chocoto, mezcla de tierra negra con agua. Páez explica que la obtención de los componentes del hormigón y del cemento implica la destrucción de las montañas, de donde se extrae la materia prima. De igual forma, los procesos para elaborarlos son contaminantes.
Los visitantes se sorprendieron con las técnicas y los materiales. Ana Iglesias dice que aprendió cómo reutilizar el agua, que “como todos sabemos, se está agotando”. A Eunice Argüello le pareció interesante la manera de cómo se pueden aprovechar las botellas de plástico sin desecharlas.
Durante el recorrido, también se enseña la forma correcta para clasificar la basura, para el reciclaje. Primero se separa la basura orgánica de la inorgánica. Luego, en recipientes distintos, se colocan los plásticos (botellas y fundas), el vidrio, el papel, el cartón (no pueden ir las cajas de pizza, porque contienen grasa) y los metales, como las latas de bebidas.
La exhibición
La aplicación de tecnologías amigables con el ambiente está enmarcada dentro de tres ejes que han sido trabajados de manera didáctica: la energía, los materiales y el agua.
Media Agua estará abierta hasta el 15 de enero. El horario de atención es de martes a domingo, de 09:00 a 17:30. La entrada cuesta USD 3 para adultos, 2 para estudiantes y 1 para niños y adultos mayores.