Sé planificar mi tiempo en tres ciclos: largo, mediano y corto plazos. El último se refiere al día a día. Mi jornada empieza a las 04:00. A esa hora me levanto y leo una cita bíblica. Luego, durante una hora, entro al gimnasio o recorro las calles en bicicleta. Me aseo y leo EL COMERCIO. Después me dedico a mis labores profesionales, hasta las 21:00. En la vida se debe ser ordenado y cumplir con lo planificado para saber utilizar bien la cancha que ha sido asignada para tu desarrollo.
Tener la mente ocupada ayuda a enfocarse en otros aspectos lejanos a los males y dolores que puedan afectar a una persona y hacer que pierda terreno en su cancha. Eso es lo que superviso en la institución, para que mis colaboradores tengan una buena calidad de vida.