Desde la plaza de San Blas, entrada al Centro de la Capital, partió una multicolor y festiva multitud de jóvenes y adultos que festejaron a Quito como ciudad de los geranios.
A partir de las 09:00 comenzó la concentración. En las casas contiguas a la iglesia de San Blas, los balcones estaban engalanados con maceteros de claveles rojos y de tonos fucsia.
Cristina Elizalde, reina de Quito, presidió la caravana que alegró la fría mañana quiteña. Estaba conformada por alrededor de veinte colegios privados y particulares, los grupos de adultos mayores sesenta y piquito, el ballet Jacchigua, e incluso el grupo de danza Cayambe mío, que bailó los ritmos de de la fiesta de San Juan en el solsticio de verano.
Los diversos grupos, entre los que destacaron las bastoneras del Colegio Manuela Cañizares (llevaban girasoles en los bastones), siguieron por las calles Guayaquil, luego la Chile, continuaron por la García Moreno hasta llegar al bulevar 24 de Mayo, donde se habilitó una tarima para la presentación de artistas –como la cantante Sandra Bonilla, y el Grupo Americandes, del Colegio Benalcázar.
En todo instante se nombró al escritor y poeta, Marco Chiriboga Villaquirán, quien fomentó la idea – hace siete años- de que todos los balcones de Quito luzcan los geranios. Eso dijo Silvana Sotomayor, esposa de Chiriboga, quien falleció hace 15 días. Rafael Camino, director del ballet folclórico Jacchigua, reconoció que trabajó mucho con Marco Chiriboga y por ello él creó la frase: “Quito, la guambra más linda del mundo”, engalanada de claveles.
El público y turistas de varios países disfrutaron observando el paso de las bandas de guerra de los colegios y de los bailes autóctonos. Miguel Mora, director de Cultura del Municipio, destacó la figura de Chiriboga Villaquirán y sus constantes estudios a favor de Quito.
En el bulevar se encontraba el alcalde encargado, Jorge Albán, y pasado el mediodía la fiesta seguía.