Familia pide a Tame que reponga daños por accidente de avión

El taller de carpintería.    Mauricio Buestán, uno de los perjudicados, dijo que invirtieron USD 14 000 para  reabrir el taller.

El taller de carpintería. Mauricio Buestán, uno de los perjudicados, dijo que invirtieron USD 14 000 para reabrir el taller.

El taller de carpintería de Luis Buestán ya no tiene las huellas que dejaron una turbina y un ala del avión de Tame, que atravesó la propiedad hace ocho meses.

La noche del 16 septiembre, un avión Embraer 190 perdió pista y se salió de la zona de seguridad. Fue a parar al final del umbral de la pista 17 del aeropuerto Mariscal Sucre.

Por el impacto de la nave, el techo del galpón se vino abajo, junto con la pared. Mauricio Buestán, hijo de Luis, recuerda que todo se destruyó, hasta la puerta de ingreso. También perdieron trabajos que debían entregar.

El taller funciona en la calle Tiarco, en la cabecera norte, desde hace 12 años. Se levanta en un pequeño galpón. Cerca está una pequeña casa donde viven Mauricio con su esposa y dos hijas de 5 y 11 años, y su hermano Paúl.

Durante este tiempo, la familia no ha logrado un acuerdo con la empresa reaseguradora, de la aerolínea de Tame.

Según Mauricio Buestán, la pérdida en infraestructura y maquinaria supera los USD 70 000 y la aseguradora les ofrece USD 20 000.

La aseguradora les repuso el techo de zinc y parte de la pared. Para Buestán no se toma en cuenta el lucro cesante (tiempo que dejaron de producir) y el daño psicológico que se causó a toda la familia.

La carpintería era el medio de manutención de Luis Buestán, sus dos hijos y de dos operarios. Al mes se producía entre USD 4 000 y 5 000.

El taller pasó cerrado cuatro meses porque gran parte de la maquinaria quedó inservible.

Además, durante 15 días no podían ingresar a la casa. Ellos recurrieron a familiares.

Según Buestán, lo que más dañó a la maquinaria fue la espuma que se esparció en el lugar para evitar que se propagara o se iniciara un incendio. Ahora, en el patio están arrumados un comprensor y una sierra que no funcionan.

En estos meses, la familia ha adecuado el taller para retomar el trabajo. Han invertido unos USD 14 000.

Ellos piden que la aseguradora reconozca los daños. Su abogado Íñigo Salvador ha presentado las pro formas de las máquinas que se tienen que reponer y las pérdidas por el tiempo que no laboraron.

Toa Quirola, de Tame, explicó que la aerolínea está exigiendo a la aseguradora que acelere el arreglo de este problema. Pero aclaró que ya no depende de la aerolínea. Según Quirola no se han logrado acuerdos porque la familia pide USD 200 000 y el monto no corresponde al daño, de acuerdo con el avalúo realizado por la aseguradora.

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