En la temporada invernal, hay sectores en Quito donde la neblina complica la visibilidad y ocasiona accidentes. Esta semana, un auto se quedó varado en el parterre de la González Suárez por esta razón.
Esta es una de las zonas donde hay más neblina en la ciudad, según Franklin Márquez. El conductor que hace a diario recorridos para distribuir embutidos afirma que ahí es donde más dificultad tiene para circular.
Él sugiere manejar despacio y con luces bajas. “Las altas no ayudan, porque con esas se hace como un reflejo y es peor”, dijo. Márquez cree que debe mejorar la señalización en estas zonas. “Creo que debe ser más clara, más fosforescente, para que le ayuden a uno a guiarse”.
Los técnicos de Ingeniería de Tránsito de la Policía Nacional están de acuerdo con esta opinión. “En las zonas con neblina, lo mejor es la señalización horizontal, reforzada por tachas retrorreflectivas en el piso”.
Estas van direccionando y guiando a los conductores. Por eso se deben colocar tanto al centro como a los costados de la vía. Y al lado derecho son más importantes, sobre todo en lugares donde hay pendientes donde pueden caer los vehículos.
En estos casos, la señalización vertical (rótulos) también es útil. Deben ser señales informativas y preventivas, en material de alta intensidad o grado diamante. Se las puede ver a pesar de la neblina, con las luces de los vehículos. Eso es fundamental para que el conductor se guíe.
Un oficial del Departamento de Ingeniería sostiene que la gente debe entender que la neblina es agua en estado gaseoso, por lo tanto la calzada se vuelve resbalosa. “Los niveles de visibilidad disminuyen ostensiblemente, bajan entre un 30% y 40%. No hay la visión periférica ni los 180° de visualización”.
El conductor René Silva lleva unos 30 años en ese oficio. En sus recorridos ha notado que hay neblina espesa en el sector de la Eloy Alfaro y Shyris y en todo el sector de La Carolina, en el antiguo partidero a Tumbaco, en La Colón y El Ejido. En casos extremos, Silva pone luces de parqueo y conduce despacio.
En Quito también hay otros puntos peligroso para la neblina, como el sector del cementerio Monteolivo, en la vía a Cumbayá, y en varios tramos de la Granados, desde el redondel del Ciclista, según Jorge Atala.
“La única protección es manejar con cuidado, despacio, con prudencia y pendiente del resto de conductores”.