Ocho hijos, 11 nietos y tres nueras son los integrantes de la familia de María Valle, quien perdió la mitad de su casa en el barrio La Libertad.
Ella y su familia fueron reubicados en una casa de tres plantas, que pertenece al Municipio de Quito, en el sector de Los Dos Puentes. La vivienda estaba abandonada y eso se reflejaba en el polvo que cubría el piso, las ventanas y las puertas. Además, las paredes están resquebrajadas por la humedad, y el piso tiene manchas extensas de color negro.
Desde el viernes, María y sus familiares iniciaron una limpieza exhaustiva, para que los 11 menores que habitan allí, no tengan problemas respiratorios.
Hasta el mediodía del viernes la casa no tenía agua potable. El servicio fue habilitado a las 16:00 de ese día. Eso les ha permitido realizar el aseo de la casa.
Sin embargo, Valle y su familia esperan que les reubiquen en un lugar definitivo. “No queremos estar cambiando de casa cada rato”. Mientras se concreta su relocalización, a Jessica Bugñay le preocupa la estabilidad y el rendimiento de sus hijos en la escuela y las actividades cotidianas del resto de sus familiares.
Hacia el norte, en el barrio San Juan, en la calle Tegucigalpa Oe 833 y Nicaragua, el muro de contención de una casa, de unos 15 m de alto, se derrumbó el pasado jueves. “Menos mal no había personas cerca, porque la historia sería otra”, asegura Cecilia Cuesta, vecina del lugar.
Ayer, a las 11:00, 10 contratistas del Cabildo recogían palos, piedras y tierra que quedaron amontonados. El alcalde Augusto Barrera estuvo en el lugar y conversó con los vecinos sobre el incidente. Ellos le propusieron soluciones.
Carlos Rodríguez, quien vive allí hace cinco años, dice que hay que esperar a que se concreten las medidas, siempre que no impliquen el abandono de las casas.
Él no tiene a donde ir. “Y aunque es cierto que la vida es más importante, cuando no hay posibilidades es inútil luchar”.
Mientras Rodríguez explicaba su situación, unos 30 vecinos recorrieron la casa damnificada junto al Alcalde, y expusieron otros problemas barriales. Barrera indicó que la prioridad son las casas afectadas, y que luego se identificarán los otros problemas.
Si por San Juan llueve, en la calle Whymper no escampa. Los trabajos que inició, hace un mes, la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) para la renovación de las tuberías de abastecimiento de agua, y las fuertes lluvias de los últimos días dificultaron el parqueo y entrada de los vehículos a las casas y negocios.
José Prócel, morador del sector, observa a los tres contratistas del Municipio trabajar en la calle donde hay una zanja de 300 m. Para él, los tres hombres no son suficientes para solucionar este inconveniente. María Suárez, otra vecina, concuerda con Prócel, y añade que para “abrir huecos sí son eficientes, pero para taparlos se demoran el triple”.