En la sala de una vivienda en el sector de San Carlos, en el norte de la capital, funciona un inusual taller. A la luz de una lámpara y sobre un escritorio, las hábiles manos de Marcelo Nolivos convierten viejas piezas y accesorios de bicicletas en aretes, pulseras, correas, llaveros, espejos’
Nolivos es un administrador de empresas que en sus ratos libres aprendió a fabricar artesanías en cuero. Hace cuatro años tuvo que vender la bicicleta que utilizaba para movilizarse en la ciudad, porque se quedó sin trabajo.
Para recuperar y financiar su medio de transporte, a Nolivos se le ocurrió crear una línea de productos artesanales con material reciclado especial: las partes que se desechaban en los talleres de las bicicletas.
La venta de sus productos tuvo acogida y recuperó su bici. Este año, la idea se formalizó y ahora Nolivos promueve Recicla, una microempresa de artesanías para los ‘biciadictos’. Sus productos se exhiben en dos talleres de bicicletas (Cicleadas El Rey y Construbicis), en el norte.
En ambos sitios también consigue los frenos de disco, catalinas, cadenas y otras piezas que le sirven como materia prima. Uno de los objetivos es crear productos funcionales, económicos y que se conviertan en un símbolo de identidad para las personas que son aficionadas al ciclismo.
El otro compromiso de Nolivos es con el medioambiente. “Intento darle otro uso y sentido a las piezas que la mayoría de veces solo van a parar a la basura”.
Muchas de las piezas son desarmadas y, luego de limpiarlas, Nolivos las combina con cuero, alpaca y piedras decorativas. El spondylus y el nácar también sirven. La elaboración manual hace que cada diseño sea único y original. Los precios oscilan entre USD 1 y USD 10, dependiendo del tamaño y del diseño de la artesanía.
Fabricar un ‘atrapasueños’ (adornos que se utilizan para los cuartos de los niños) le puede llevar un día entero. Pero un par de aretes lo elabora en unos 30 minutos. “La calidad de los productos mejoró con la experiencia y las sugerencias de los clientes”.
La textura y el color dependen de la calidad de los materiales. Por eso, el artesano procura conseguir piezas y accesorios de marca. Él busca posicionar sus productos a escala nacional y luego buscar mercado internacional.
Con esta iniciativa de negocio, Nolivos también pretende fomentar la cultura y el interés por el ciclismo. Asegura que hace falta mejorar la convivencia entre peatones, ciclistas y choferes.