Por tercer día consecutivo continuó ayer la evacuación de las 52 familias, en el sector de La Bota, en el norte.
En la tarde del domingo pasado, en la zona se produjeron deslizamientos de tierra, en el talud de la quebrada sobre la cual están asentadas las casas. Los barrios más afectados son el 20 de Septiembre y Unidad y Progreso.
Ayer, los moradores sacaron los enseres de sus casas. Por los estrechos senderos de tierra cargaron sobre sus espaldas camas, cocinas, lavadoras y ropa.
Personal de la Policía Metropolitana y bomberos ayudaron a desalojar las viviendas, que en su mayoría son de tabla y bloques. Las familias fueron trasladas a los dos albergues que se habilitaron por la emergencia: el Centro de Salud y la Casa Barrial.
Las personas no se resistieron a abandonar sus casas, porque existe un alto riesgo de que los inmuebles se desplomen. Además, la disposición de las autoridades municipales fue que se desaloje el sector, por seguridad.
El cuarto donde vivía Rosa Sánchez, de 78 años, está solo en cimientos. Las calles que son empedradas tienen grandes fisuras. Hay cintas amarillas de prevención que acordonan toda la zona. Algunos plásticos negros cubren varios taludes que se derrumbaron con anterioridad.
Los deslaves también se registraron en otros sectores de la ciudad. Ayer, a las 14:50, se produjo la caída de escombros en la autopista General Rumiñahui, a 100 m de El Trébol. El carril que conduce al sector de Monjas y al valle de Los Chillos quedó tapado.
Según el informe del Cuerpo de Bomberos, no hubo víctimas. Sin embargo, el incidente trabó el tránsito la tarde de ayer. Largas filas de vehículos se formaron desde el sector del Hospital Militar.
La Policía habilitó un solo carril para la circulación en los dos sentidos. Personal de la Empresa de Movilidad y Obras Públicas (Emmop) acudió para retirar los escombros de la vía.
En Alangasí, Rumiloma, Conocoto Alto, Lumbisí y San José de Monjas hubo acumulación de agua en las calles, lo que dificultó el paso vehicular.
En Lumbisí, pasadas las 16:00, luego del aguacero, los vecinos empezaron a sacar el agua lluvia que se acumuló en el interior de sus casas. Había muebles, electrodomésticos y enseres destruidos. Se prevé que las lluvias continúen hasta el fin de semana.