Testimonio. Leonel Mera.
Vivo a cinco minutos de mi lugar de trabajo, en el sector de La Raya. La mayoría de veces me transporto en un taxi. No utilizo buses porque se detienen a cada momento y se demoran más. Además, en las horas pico de la mañana, los buses pasan completamente llenos y se viaja muy incómodo.
Sin embargo, cuando me subo a un taxi, la mayoría de choferes nunca enciende el taxímetro. Siempre pregunto cuál es la razón para no hacerlo. Los choferes suelen contestar que está dañado, que ellos saben cuánto cuesta la carrera, etc. El uso del taxímetro es obligatorio y los controles que aplica la Policía también deberían enfocarse en el uso adecuado de este.
Mientras el local permanece abierto, nos damos cuenta que el esmog y el ruido son dos problemas causados por la congestión en la ciudad y que no se los toma muy en cuenta.
Todas las mañanas hay que limpiar todos los muebles donde se acumula el esmog. Cerca de las 20:00, el ruido del tránsito disminuye un poco.
Luego de cerrar el local, regreso a casa también en un taxi. En las noches la falta de uso del taxímetro es incluso más frecuente. Yo sé que entre mi lugar de trabajo y mi casa el taxímetro no marca más de USD 1. Por eso, siempre pago la carrera mínima.
Pero durante las noches, los taxistas se niegan a encender el taxímetro y hay que negociar la carrera. Generalmente, termino pagando USD 1,50.