Testimonio. Iván Villacís.
Movilizarse en bicicleta es más sencillo que ir en vehículo. Uno puede tomar atajos, ir por vías alternas y ahorrarse mucho tiempo.
Lo que me animó a usar la bicicleta fue, precisamente, el ahorro de tiempo. Al utilizar bus urbano en esta ciudad uno se desespera porque los buseros van de parada en parada o también hay congestiones. Eso quita cualquier cantidad de tiempo.
Actualmente, hago una media hora desde mi casa, en Chillogallo (sur de la ciudad), hasta El Ejido, en el centro-norte. Hay gente que me identifica y reconoce el esfuerzo que hago por viajar en la bicicleta.
Al principio, debo reconocer, me daba miedo. Luego ya fui superándolo. Ahora ando por la avenida 5 de Junio y luego entro al Centro Histórico. Llego al sitio final por La Alameda.
Compré la bicicleta en USD 700. A veces me da miedo porque hay ladrones que identifican que mi bici es de marca. También hago down hill (ciclismo de montaña). Estoy por graduarme en el colegio de la Policía, en el sur, y la bicicleta es parte de mi rutina diaria.
Hay días en los que tengo que ir a ver a mi hermana o a comer con mis padres en el Centro y me desplazo en la bici. Hasta por una cuestión de ejercicio ya utilizo de forma continua este medio de transporte en el cual no se gasta nada y estoy sano.