Cuatro kilómetros de calle están plagados de huecos. Ese tramo es parte de la Vía al Valle, que conecta a las parroquias Nayón y Cumbayá. Es una arteria secundaria estratégica para descongestionar las vías que van hacia Cumbayá y Tumbaco, como La Simón Bolívar, la que atraviesa por Miravalle y la de Los Conquistadores.
Desde el Redondel del Ciclista a Cumbayá, por la Vía al Valle, hay unos 10 km de distancia. Esta es una carretera estrecha de dos carriles. Desde Nayón hasta el kilómetro 3 ½, la calle tiene tramos adoquinados y pavimentados.
A partir de allí, en el sector de San Pedro del Valle, el camino es empedrado. Los conductores que usualmente circulan a 60 km por hora disminuyen la velocidad entre 40 y 25 km. Lo hacen para poder esquivar los huecos y montículos de tierra que hay a lo largo de la carretera.
Desde ese sector ya no hay casas en los alrededores, en los bordes se observa solo vegetación.
Conductores como Efraín Ibarra se quejan de que además del mal estado de la vía, no hay iluminación. En las noches la calle se vuelve peligrosa.
Los carros circulan con las ventanas cerradas a causa de la polvareda. Hay tramos en los cuales las piedras están removidas y el camino es de tierra. Con el paso de los vehículos se levanta el polvo.
Desde el kilómetro 5, los huecos y montículos de tierra están esparcidos en toda la calzada. Hay de todos los tamaños. Por ejemplo, en el sector conocido como Conecel, por el Complejo turístico Montearomo, un hueco ocupa los dos carriles. Los carros no tiene cómo esquivarlo, deben pasar por encima del bache. Un guardia del lugar dijo que en la noche hay choferes que no logran divisar el hueco y se impactan bruscamente.
En una curva, los montículos de tierra ubicados en todo el ancho de la vía han formado un rompevelocidades.
Otro problema con el que deben sortear quienes circulan por el sector son los escombros de construcción que son depositados en los bordes de las vías.
Por el Complejo Deportivo de la Empresa Eléctrica Quito, hay un puente angosto, por el que pasa un vehículo a la vez. Carlos Paredes, conductor de una camioneta, pide que se amplíe el puente para que la circulación fluya. “Los carros de un lado deben esperar que pasen los del otro para cruzar”.
El empedrado avanza hasta el kilómetro 7.5, en total son 4 km que los conductores deben soportar el mal estado y la polvareda.
Allí hay una Y, es el sector del Reservorio. Se toman las calles Manuela Sáenz y Pampite y en dos minutos se llega a la Universidad San Francisco, en Cumbayá.
Lourdes Quijia, presidenta de la junta parroquial, indicó que en el plan operativo del año está previsto intervenir la vía. Han recibido varios reclamos de la comunidad.
Ayer asistió a una reunión en la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) para tratar el tema de plazos y presupuestos. Pidió paciencia, porque se deben cumplir procesos de contratación.