Un convento que oferta medicinas tradicionales

 

El monasterio de monjas de Santa Catalina de Sena, de la Orden de Santo Domingo, se fundó en 1594, durante la Revolución de las Alcabalas.

En 1613 se instaló definitivamente en el lugar que hoy ocupa (calles Flores y Espejo), a dos cuadras de la Plaza Grande. Tiene una iglesia monumental recientemente restaurada por el ex Fonsal y cuenta con valiosas obras del arte barroco quiteño. Su museo de cuatro salas alberga esculturas, lienzos y telas de los siglos XVII y XVII.

En sus instalaciones se oferta medicinas elaboradas con recetas antiguas como jarabes y cremas, algunos postres tradicionales y un apreciado vino de comunión.

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