La masiva concurrencia de los fanáticos de la banda estadounidense Metallica tuvo dos secuelas en los alrededores del parque Bicentenario. La primera, la caotización del tránsito en vías aledañas a este espacio y en la zona de influencia.
Así, varios fueron los puntos afectados por esta concurrencia masiva. Al mediodía, en la avenida América, desde la Mariana de Jesús, en sentido norte-sur se formó una larga fila de carros. Los vehículos avanzaban lentamente. En el sector de la Granda Centeno el panorama fue similar.
A pesar de las recomendaciones de usar el transporte público para llegar al sitio del concierto hubo personas que acudieron con sus vehículos, algunos se estacionaron en sitios aledaños y en parqueaderos de allegados.
En el sector de La Y también se registró dificultad en la circulación. Allí no se observó mayor presencia de agentes de tránsito, a diferencia de las calles cercanas al Bicentenario.
En la av. 10 de Agosto, en sentido norte-sur, los trancones se registraron desde la calle Capitán Alfonso Yépez hasta El Labrador. A las 13:00, a lo largo de la avenida De la Prensa, los autos se movilizaban a unos 10 kilómetro por hora. Algo similar ocurrió en la Amazonas e incluso en la Galo Plaza.
Hugo Ortiz, taxista desde hace tres años, agregó que los embotellamientos fueron frecuentes en la mañana en el sector de La Luz, la Kennedy y la Quito Norte.
‘Estoy trabajando desde las 03:00 y desde esa hora empezó el movimiento. En el sector de Quitumbe (sur) también había tránsito. Eran personas que llegaban exclusivamente al concierto’, contó. Ortiz hizo una carrera a un hombre de 42 años que venía de Loja a encontrarse con unos amigos para ir al concierto.
Las largas filas en el norte llegaron incluso hasta la av. Mariscal Sucre y la América. El tiempo de viaje desde el inicio de la Brasil, hasta la calle Edmundo Carvajal tomó cerca de 30 minutos, cuando usualmente entre cinco y diez.
En la Mariscal Sucre, los vehículos circulaban en promedio a 5 kilómetros por hora. La cola iba desde el sector de El Bosque hasta San Carlos.
Sin embargo, el ambiente en el Bicentenario era de algarabía y entusiasmo entre los asistentes. Hasta las 16:00 no se registraron incidentes.
Algunos moradores como Lourdes Molina estaban molestos por el ruido. Ella pedía más control. Para vecinos este tipo de eventos dan vida al sector, que se apagó con la salida del aeropuerto.
Mercedes Carrera vive desde hace 16 años en el sector de la avenida Real Audiencia. Para ella, ese tipo de eventos dan movimiento a la zona. Aunque reconoció que hay gente a la que todo le molesta. Por ejemplo, sus vecinas comentaban que los espectáculos iban a causar problemas. Pero para Carrera es importante respetar los gustos de cada persona.
Patricia López, propietaria de una panadería, abrió su establecimiento desde las 06:00. Los primeros clientes fueron los asistentes al concierto.
Algunos de los comerciantes contaron que las ventas se duplicaron, en comparación con los días comunes. La oferta de productos fue amplia: botones, camisetas, gafas, collares…
En los alrededores de los ingresos al concierto no faltaban las madres que llevaron refrigerios a sus hijos, quienes, en algunos casos, acamparon en el lugar desde el fin de semana para poder ingresar al evento.
En un restaurante de comida lojana, por ejemplo, hasta las 12:00 de ayer se habían vendido 30 almuerzos, versus los 20 que habitualmente se expenden.
En sectores como la Rumiñahui, se desplegaron policías metropolitanos, nacionales y agentes de tránsito. También, hubo personal de Emaseo, para la limpieza de los espacios y el cuidado de las baterías sanitarias colocadas en los exteriores del parque. Al menos en el lado de la Rumiñahui, hasta las 14:35, hora en la que se permitió el ingreso de los fanáticos, los vecinos no reportaron novedades.
En las tiendas aledañas se notó un fuerte control en la venta de bebidas alcohólicas. Hubo presencia de personal de la Agencia Metropolitana de Control. En los locales cercanos al Bicentenario no se vendió ni cerveza.
En contexto
Con la salida del aeropuerto, las instalaciones se consolidaron en el parque Bicentenario y centro de eventos. La presentación de la banda Metallica tiene el propósito de insertar a la ciudad dentro del circuito internacional de espectáculos.