La conformación de la Policía Distrital no se concreta

Las rondas en Luluncoto. Gabriel Viteri (izq.) acompañó en la vigilancia del pasado martes.

Las rondas en Luluncoto. Gabriel Viteri (izq.) acompañó en la vigilancia del pasado martes.

Manuel Muela sujeta con su mano derecha un palo parecido a un bate de béisbol, mientras fija su mirada en los oscuros graderíos de la calle Gregorio Escobedo, en el barrio Luluncoto, cerca de El Trébol.El hombre, de 55 años, está atento al movimiento de personas por la escalinata que conecta al barrio con la avenida Velasco Ibarra. Son las 20:30 del martes último y lo acompañan sus vecinos Julio y María Tarapuez y Sandra Estrella.

Hasta hace dos meses, en las escalinatas se ubicaban personas que asaltaban a los vecinos que estudian en los establecimientos nocturnos.

“Las personas que llegaban tarde a sus casas tampoco podían pasar, porque les asaltaban”, dice Jaime Cano, coordinador de la brigada de seguridad.

El robo de una moto del patio de una casa, a mediados de abril, fue el último hecho delictivo que soportaron los vecinos. Decidieron organizar las vigilancias.

Desde el 24 de abril pasado, grupos de entre cuatro y 10 personas participan en las rondas de seguridad, desde las 19:30 hasta las 22:30. A esa hora llega la última estudiante.

Los dirigentes barriales coordinan el operativo de seguridad con la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del sector.

Replicar estos modelos de organización ciudadana en otros barrios es uno de los propósitos de la administración municipal. En ese sentido, el 18 de noviembre del 2009, el Municipio firmó un acuerdo con el Ministerio de Gobierno y la Policía.

El fin es crear una Policía desconcentrada y especializada en el Distrito, que planifique el tema de la seguridad bajo los criterios de territorialización y desconcentración.Seis meses después de suscrito el convenio, Lourdes Rodríguez, secretaria de Seguridad del Distrito, asegura que aún está en proceso. “Ahora, cada administración municipal tiene un Consejo de seguridad zonal. Además, la Policía asignó a un oficial para que responda por la situación de violencia en su sector”.

Ella reconoce que la rotación de los policías no ha permitido una continuidad en algunos sectores de la ciudad. “En julio se iniciará la capacitación a los policías involucrados”.

Para el coronel Héctor Hinojosa, comandante del Distrito, el proyecto de la Policía Distrital permitió un acercamiento con las administraciones zonales.

Los moradores del barrio Luluncoto están enterados de la conformación de la Policía Distrital. Delgados de la Directiva barrial asistieron a un curso y un oficial dictó charlas sobre seguridad y respeto a los DD.HH.

Muela y sus vecinos saben cómo proceder en caso de que identifiquen a un delincuente en el barrio, durante los recorridos nocturnos. “Apenas vemos algo sospechoso, llamamos a los policías de la UPC. Nosotros no lo capturamos, no nos arriesgamos”, asegura Juan Siguenza.

En el convenio también constan los planes zonales de seguridad. Rodríguez asegura que fueron entregados en febrero a la Comandancia de Policía. “Allí están definidos los problemas de cada zona y sus prioridades”.

Para Gonzalo Miranda, presidente de la Corporación de brigadas barriales de seguridad del sur, en este proceso debe existir una mayor participación de la comunidad.

Por ejemplo, los habitantes del barrio IESS-FUT están dispuestos a colaborar con la Policía. Los asaltos a los locales comerciales son constantes en este sector y los afectados gestionan el envío de más uniformados.

Luis Jácome, representante de las brigadas del centro occidente, cree que primero se debe consolidar a las directivas barriales para que el proceso de la formación de la Policía Distrital sea consistente y perdure.

“Esto no se está haciendo, más bien se está desestructurando las directivas”.

Son las 22:30 del martes y Manuel Muela, Julio y María Tarapuez y Sandra Estrella guardan los palos y se retiran a sus casas.

Las calles de Luluncoto tienen un alumbrado deficiente. En los graderíos, las luminarias están destruidas. Es uno de los lugares más peligrosos.

Los vecinos saben que a esa hora también es riesgoso circular por el puente peatonal y por las gradas que conectan a El Trébol.

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