Juan Paz y Miño, tras tres años en funciones, dejó de ser el cronista de la ciudad. El historiador presentó su renuncia, ante el Concejo Metropolitano en la última semana de abril pasado. Es decir cuando Augusto Barrera era aún alcalde quiteño.
“Mi nombramiento fue hecho por Concejo Metropolitano en abril del 2011 y ante ese Concejo tenía que presentar mi renuncia”, dijo. El argumento de este profesional, miembro de la Academia Nacional de Historia, es que el nuevo Concejo designe a una persona que esté más adecuada a estos tiempos.
No deja de reconocer que esa decisión tiene razones histográficas, ideológicas, sociales y culturales. “La nueva Alcaldía tiene otro tipo de orientación política. No es que priorice esto, pero es un asunto importante que se debe tener en cuenta. Es cuestión, además, de principios”, manifestó Paz y Miño.
Sobre la tarea que tiene a cargo el Historiador de la Ciudad, señala que hay un nivel de asesoramiento tanto al Alcalde cuanto al Concejo en temas relacionados, por ejemplo, con el nombre de las calles, el Himno a Quito, fechas y festejos cívicos.
Otro aspecto es la promoción y difusión de la Historia de Quito. “Esto se lo ha hecho con publicaciones y a través de redes sociales. El tercero es la administración del Archivo Metropolitano de Historia, que tiene documentos de la ciudad desde 1534.