Este jueves, el Chaquiñán de Cumbayá –Tumbaco–Puembo será declarado Patrimonio Natural en la categoría de un corredor ecológico y recreativo. También, los dormideros de cóndores en la hacienda Antisanilla, como santuario del cóndor y las especies de fauna emblemática del Distrito Metropolitano.
El Chaquiñán es una de las rutas más conocidas por los ciclistas. Tiene una extensión de aproximadamente 35 kilómetros y se la puede recorrer en bicicleta o a pie. El trazado va por la antigua línea del ferrocarril, desde el portón de Cumbayá, en la calle Francisco de Orellana, hasta el portón Arrayanes, en Puembo. Allí se realizan actividades deportivas como ciclismo, cross country, trecking y caminatas.
En el recorrido se construyeron cinco portales para descanso de los visitantes y sus costados hay árboles y plantas de la zona.
La concejala María Sol Corral comentó que el territorio de Quito, por su condición geográfica y por su variedad de climas y microclimas, posee una gran variedad biológica, que lo convierte en una ciudad diversa.
“La exigencia actual del crecimiento poblacional urbano expansivo, amenaza a los hábitats, reduce la biodiversidad y limita la regeneración de los procesos naturales”, aseguró Corral.
Según un informe del Municipio, una muestra del impacto ambiental que afecta a Quito es la situación actual del cóndor Andino. Se calcula que la población de esa especie es inferior a los 50 ejemplares, de los cuales la mitad se encuentra en los dormideros de la hacienda Antisanilla.
Quito posee 432 000 hectáreas de extensión, de las cuales 300 000 son de protección ecológica, dos nacionales que son el Pululahua y el Parque Nacional Cayambe-Coca; y una local: la Reserva Mashpi, que posee 17 000 hectáreas. Para Corral, el objetivo de declarar áreas protegidas es la necesidad de asegurar la existencia, integridad y funcionalidad de la biodiversidad.