En cinco meses, Wendy Vaca terminó su tesis de grado, que trata sobre la licencia de firmas empresariales extranjeras. Fue una estudiante destacada de la Facultad de Derecho y Jurisprudencia de la Universidad Central. Así la describen profesores y compañeros.
Vaca tiene discapacidad visual desde los 3 años. Los médicos le diagnosticaron glaucoma congénito. Su condición no le impide realizar las actividades académicas y personales, con relativa normalidad. Sin embargo, la ayuda de un familiar o amigo es siempre indispensable.
Sus estudios secundarios los realizó en una institución incluyente donde hay estudiantes videntes y no videntes. La formación académica siempre ha sido su prioridad. “Mi carrera profesional es muy importante. Casi todo mi tiempo lo he dedicado a estudiar”, comentó Vaca.
Sus capacidades intelectuales y su personalidad sorprendieron a quienes la conocieron en la Facultad. Mario Paz y Miño fue su profesor en dos ocasiones. Él comentó que Vaca siempre sabía más de lo que estaba previsto para las evaluaciones. “Los exámenes orales que ella daba eran impresionantes. Sabía más de lo que yo les mandaba a estudiar. Fue una de mis mejores alumnas”.
Casi todos los días, su padre la acompañó hasta la universidad. Ella admira su dedicación y fortaleza. “Mi papá nos ha dado la posibilidad para ser profesionales y eso se aprovecha”, aseguró.
Es la penúltima de cinco hermanos. Los tres primeros son casados. “Pese a que no vivo con ellos, son un gran apoyo para mis hermanas y para mí”.
A cada clase, Vaca llevaba un cuaderno y una regla, la que servía para dirigir su escritura en braille de cada materia. Los libros de textos se los leía algún miembro de su familia o estudiaba en compañía de sus compañeros.
“En los cinco años de estudio nunca encontré un texto en braille”, aseguró la joven de 23 años.
Caminaba por los pasillos de la facultad siempre tomada del brazo de algún compañero o profesor. Adriana Sánchez es su mejor amiga. Ella comentó que la mayor dificultad que tuvo Vaca en sus años de estudio fue caminar por la universidad. “No está adaptada para personas con cualquier tipo de discapacidad. No hay accesos ni ayudas para ellos”.
Sánchez rescató la fortaleza y bondad de su amiga. Además, la describió como una persona agradable e interesante con la cual comparte largas caminatas y conversaciones.
La música y los paseos son las actividades que más disfruta la joven. Las sinfonías de Mozart son sus favoritas. “Me encanta la música clásica. Me gusta escuchar el piano y toco algunas piezas. Pero me gustaría aprender más”, comentó emocionada.
En un par de semanas le asignarán tribunal para su defensa de tesis. Hasta entonces se ha presentado en varias ocasiones a entrevistas de trabajo, sin tener aún una respuesta.
Las áreas más afines a sus intereses y capacidades son la mercantil y el derecho internacional.
“Quisiera desempeñarme en cualquiera de las dos áreas. Espero que con el título profesional pueda conseguir trabajo”.
En la provincia
En la página web del Consejo Nacional de Discapacidades (www.conadis.gob.ec) hay un ‘link’ para que las personas con discapacidad puedan inscribirse en la bolsa de empleo.
En Pichincha hay 45 755 personas con discapacidad, registradas en el Conadis. De estas, 5 103 tienen deficiencia visual.
En Pichincha hay 10 861 personas carnetizadas con discapacidad que tienen un empleo.