Miércoles, a las 11:00. La av. República de El Salvador, entre Naciones Unidas y Portugal, se asemeja a una pasarela de hombres y mujeres enternados.
Ellos lucen leva, pantalón y corbata. Algunos llevan portafolio. Ellas, muy elegantes, con minifalda o pantalón, saco, abrigo y cartera. Caminan apresurados, unos en grupos y otros solos, y no dejan de hablar por celular. Hay quienes improvisan reuniones en las esquinas. En la av. República de El Salvador hay consultorios médicos, oficinas de abogados, de empresas constructoras, de consultores… lujosas y bien cuidadas.
Son cinco cuadras donde sobresalen edificios altos, destinados para oficinas, comercios y departamentos. A media mañana, el paso de oficinistas y elegantes ejecutivos es constante. Por el apuro, hay quienes llevan su ‘laptop’ en la mano hasta sus carros.
El paisaje lo complementan los restaurantes que atienden en la planta baja de las edificaciones. Hay para todos los gustos, desde comida rápida hasta gourmet.
Por ejemplo, en la Plaza Kendo está el restaurante El Arrecife, de los futbolistas Christian Bottero, José Cevallos e Iván Hurtado. Para José Capito, abogado de la consultoría Aslex, que funciona cuatro años en la zona, es posible programar desde simples almuerzos hasta encuentros de negocios.
El sector es catalogado como uno de los más caros y lujosos de la ciudad, el alquiler de un departamento sobrepasa los USD 800 al mes. La República de El Salvador también es conocida por ser el lugar donde residen los futbolistas, entre ellos Miller Bolaños, de Liga de Quito (LDU), y Fabián Bustos, ex técnico del Deportivo Quito. También es común ver caminar a Edgardo Bauza, entrenador del equipo albo.
Desde las 13:00 empieza otro desfile, el de los oficinistas de mandos medios. Es la hora de almuerzo. Hay dos lugares de moda: el Gourmet y Catering, que ofrece almuerzos a USD 3,25 (un precio cómodo considerando que en el sector hay desayunos desde USD 14).
Otro lugar es el Quiznos, un local de sánduches, ensaladas y sopas. Este abrió sus puertas el 4 de mayo pasado. Según Orley Pinargote, administrador del local, al día atienden a 600 personas.
El éxito se debe a la rapidez en el servicio, en cuatro minutos está lista la orden. “Son personas que no tienen tiempo, siempre están apuradas”. De 13:00 a 15:00 es el horario de mayor demanda. Los clientes son de las oficinas aledañas. En las mesas se observan grupos que usan uniformes, de sus cuellos cuelgan las credenciales que identifican a la empresa a la que pertenecen.
Vanessa Benítez trabaja en un local en el City Plaza, debe almorzar cerca porque tiene solo una hora. Por eso, ella y sus compañeras Liliana Cajas y Yelena Martillo optan por locales de comida rápida. Este ahorro de tiempo les da chance para disfrutar de una corta caminata luego del almuerzo, fumar un cigarrillo o también degustar de un helado.
Los quioscos son los lugares preferidos para intercambiar comentarios y saludos. A las 14:00, la mayoría de oficinistas regresa a sus puestos de trabajo.
Poco a poco, el movimiento disminuye en las aceras de la avenida. A las 18:00, se ve otra vez el trajín de los oficinistas, pero para volver a sus casas.