Un conocido refrán versa: “Más vale ser cabeza de león que cola de ratón”. Para el caso que nos ocupa, estas palabras vienen como anillo al dedo. Ayer, por la mañana Andrea Nina, esposa de Augusto Barrera, y María Fernanda Pacheco, de Mauricio Rodas, se reunieron para hablar sobre la labor del Patronato Municipal San José.
Se trata de una de las entidades que, sin tomar en cuenta el partido del Alcalde en ejercicio, ha desempeñado una labor social con alto grado de calidad y de aceptación en áreas como la salud. Por ejemplo, las instalaciones de la maternidad en El Camal están entre aquellas que destacan en el Distrito, incluso comparando con el sector privado.
Las actividades se extienden a niños, adultos y personas de la tercera edad. Esto se concreta a través de prácticas físicas, capacitaciones, tareas lúdicas, música… El menú es amplio y abarca a habitantes de escasos recursos.
A más del intercambio de información sobre las actividades que se están realizando, a las dos esposas les preocupa el futuro de esta entidad. No es para menos: el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad) establece que, en un año, diciembre del 2014, “los patronatos deberán transferir, a título gratuito, todo su patrimonio a los gobiernos autónomos descentralizados correspondientes”.
De darse esto, todas las actividades que ejecutan los patronatos se agregarán a las que son propias de los gobiernos autónomos descentralizados. Ahí viene lo de cola de león. Quiéralo o no, la acción de los patronatos con esta forma de administración incidirá en la calidad y en la cobertura de los servicios. Más trámites, más espera, menos diligencia son los principales temores.
No es desconfianza a lo público, sino practicidad; sumarle más responsabilidades es abrir un camino incierto. Una salida está en lo legal, hacerles parte de municipios o prefecturas, pero con un grado de autonomía para su accionar.