Ayer, hasta el mediodía, en las calles y esquinas de San Bartolo, La Ferroviaria, Solanda, El Camal, Chiriyacu, Chimbacalle, en el sur, todavía se podían encontrar restos de aserrín humeante.
Por ejemplo, en el frente del negocio de Nelly Arcos, en la calle José Abarcas, se acumularon restos de las cenizas del año viejo quemado. Pero también había fundas de basura. La vecina reclamó la falta de limpieza en esta parte de la urbe.
“El año pasado, a las 09:00, las calles ya estaban limpias. Ahora no tenemos idea a qué hora pasará el recolector”, dijo Arcos.
Nancy Zurita, otra habitante del sector, señaló que el recolector pasa lunes, miércoles y viernes. “Anteayer no hubo servicio”, denunció la vecina de Solanda.
La Empresa Metropolitana de Aseo (Emaseo) anunció que anteayer no hubo recolección por lo difícil que resultaba cumplir los recorridos debido a las festividades y programas por Año Viejo.
Sin embargo, ayer hubo un operativo especial para limpiar los restos de monigotes en el norte, centro y sur de la urbe. En el plan participaron 800 trabajadores y 70 equipos pesados. Eso solo sirvió para limpiar las cenizas de monigotes antes que para recoger las fundas de basura, acumuladas desde el viernes.
Rosa Aguirre, vecina de Chimbacalle, criticó la demora en la recolección de desechos. Ella barrió el frente de su casa en la calle Los Andes y colocó las cenizas del monigote en una funda, pero en el resto de la vía aún había residuos de papel, cartón, madera y aserrín. “El viento levanta las cenizas y eso afecta a la garganta ”.
Además, a lo largo de la av. Maldonado hubo restos de botellas de vidrio rotas, envases plásticos y de cartón desperdigados.
Palos, bloques de cemento y ladrillos impedían la normal circulación vehicular en la av. Teodoro Gómez de la Torre, en San Bartolo. Algunos vecinos del lugar libaban en las tiendas de la vía y no se retiraban las tarimas montadas para los años viejos.
Isabel Moreno, de 35 años y vecina de La Ferroviaria, afirmó que también faltó colaboración de los vecinos para el aseo de las vías. “Todos podemos colaborar depositando los restos de los muñecos en una funda para evitar el polvo”. Ella limpió el frente de su casa, en la calle Nariz del Diablo.