Globos multicolores, pancartas y barras coparon el teatro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Familiares, amigos y compañeros de las 12 candidatas a Reina de Quito se tomaron la platea del establecimiento, con una sola consigna, que su aspirante se convirtiera en la nueva soberana del Distrito.
A las 20:00 del jueves, la ilusión era evidente en los rostros de las hinchadas. Aún era incierta la decisión del jurado y nadie imaginaba que, al final de la gala, Silvana Di Mella sería la nueva soberana de los quiteños.
Entre el “Quito tiene una reina, Belén Almeida” y el “se ve, se siente, Silvana está presente”, la algarabía se rompió con un grito: “Barrera, pondraste casco”. Esto en referencia al alcalde Augusto Barrera. Tambores y pitos no paraban de sonar. Aunque en la barra de Irene Price, una de las postulantes, con camisetas blancas y luces de colores, se quejaban, pues decían que la organización había prohibido llevar los implementos.
A unos pasos, con pañuelos rojos en la cabeza, en la barra de Alejandra Ruiz, hinchas del Deportivo Quito apoyaban a la joven. Danilo Ruiz, hermano de la chica, golpeaba un tambor y decía que su hermana es hincha del equipo: “Como buena quiteña”.
Los tacones y los trajes de gala que usaban los asistentes, no fueron impedimento para, a las 20:56, cuando arrancó la gala, saltar y agitar los carteles y las fotos de las candidatas.
Con distintivos celestes y rojos, la barra de Andrea Flores estaba conformada por no menos de 100 personas.
De Riobamba, Ambato y otros puntos del país llegaron los compañeros de la joven. Margarita Flores, tía de la candidata, contaba que eran los compañeros de Medicina de la sobrina, quienes arribaron desde la rural.
Alejandra Ruiz fue la primera en salir a la pasarela y los globos rojos se agitaron en el extremo norte del teatro. A ella le siguió Justinne Crespo.
Con un intervalo de dos minutos, el resto de candidatas iban saliendo. Y al mismo ritmo, a manera de ola, subía y bajaba cada una de las barras. Pero entre los aplausos y las consignas, nuevamente se escuchó el grito: “Fuera Barrera”. Se trataba de unos jóvenes quienes, entre risas y manoteos, siguieron con las barras.
Las expresiones cambiaron cuando, a las 21:52, se empezaron a conocer las designaciones. En el ambiente había una suerte de alegría y desilusión.
Conocido el nombre de la Reina, pasaron 15 minutos hasta que los asistentes se marcharon.