En el 2003 se inauguró el primer conjunto habitacional de la Urbanización Solidaridad Quitumbe, en el sur de la ciudad. Esta es la primera en Quito y en el país que nació bajo el modelo de vivienda por autogestión.
En este tipo de proyectos la comunidad participa en el proceso de construcción de la vivienda, desde el diseño, la ejecución, la toma de decisiones y los manejos de recursos, siempre en relación con el Estado, quien financia la infraestructura básica y la tierra.
René Caza, uno de los socios fundadores, recordó que las 6 hectáreas que compraron al Municipio estaban rodeadas por dos quebradas: la de El Carmel y la Ortega. Allí había basureros. “Las fábricas del sector depositaban sus desechos”.
Los cerca de 500 miembros decidieron recuperar el espacio. Cada domingo realizaban mingas, reforestaron el sector y retiraron la basura. Hoy tienen caminerías y una ciclovía. También recuperaron un sendero ecológico.
Para Betsabé Vega, presidenta de la Asociación de Cooperativas Solidaridad, autogestión es hacer su parte como organización y como ciudadanía: “Es administrar, tomar decisiones y planificar con lo que el Estado puede dar”. Bajo este modelo han construido 3 000 viviendas, desde 1990.
En días pasados se analizó el tema en el I Encuentro Latinoamericano de Hábitat y Vivienda por Autogestión, en el que participaron organizaciones de Brasil, Chile, Argentina y Uruguay.
La concejala Luisa Maldonado, presidenta de la Comisión de Vivienda del Concejo, indicó que en el Distrito Metropolitano hay un déficit de 100 000 casas. Para ella, una de las formas para solucionar este problema es impulsar políticas que promuevan la vivienda por autogestión.
Rodrigo González, gerente general del Banco Ecuatoriano de la Vivienda, aseguró que desde el Gobierno se facilita y promueve este tipo de organizaciones y se exige que los planes habitacionales que requieran el subsidio del Estado incluyan el componente de autogestión.
Según González, en el país el déficit de vivienda afecta a unos siete millones de ecuatorianos. Faltan 700 000 viviendas por construir y 1 200 000 por mejorar. Muchas no tienen equipamiento ni servicios básicos.
Actualmente, 127 proyectos están en ejecución y 29 600 casas se construyen, en todo el país.
Gloria Carvajal vive en la urbanización Solidaridad hace siete años. Antes de obtener su casa en Quitumbe intentó en otras dos entidades privadas, las cuales le fallaron. Su sueño de obtener casa propia se truncó con la dolarización, porque ya no tuvo el dinero para la entrada que le pedían las entidades bancarias.
En Solidaridad le exigían un ahorro. Con USD 1 000 accedió al programa. Luego, con el resto de miembros obtuvo un crédito para 15 años, que aún paga. Las primeras casas salieron por USD 7 500. “Es cómodo, se vive en armonía y las casas son cómodas”.
Uno de los beneficios de las viviendas por autogestión es que el diseño va de acuerdo con la necesidad de las familias. En Solidaridad Quitumbe hay casas de tres dormitorios y de dos pisos con proyección para una planta más. Para Carvajal es suficiente para sus dos hijos, ella y su esposo.
Su vecina Maritza Orozco resaltó que los vecinos construyeron cada espacio a través de mingas. Los espacios verdes y jardineras son responsabilidad de cada condómino. “Nosotros nos ocupamos de todo, tanto así que el Municipio se ha olvidado de nosotros, espera que todo lo hagamos, incluso en seguridad”.
Los vecinos de la urbanización tienen una directiva que eligen cada año y periódicamente se reúnen en asambleas. Empezaron con un conjunto y hoy son cuatro. Hay previsiones para que se construyan dos más.