Desde 1727, dos arcos volados de cal, que se levantan en la esquina de las actuales calles García Moreno y Rocafuerte, fueron bautizados por los quiteños como el Arco de la Reina.
El arco se extiende desde el filo oriental del convento del Carmen Antiguo hacia la fachada occidental de una antigua capilla construida en el Hospital San Juan de Dios.
Junto a la puerta de entrada de la capilla había una imagen de Nuestra Señora de los Ángeles. Según la reseña del cronista Rodríguez Docampo, la devoción de los quiteños creció a medida que los colores de la imagen adquirían vivacidad con el paso del tiempo. Poco después, la imagen fue trasladada al lienzo.