Ayer, Roberto Amaguaya hacía fila frente a una de las estaciones digitales de consulta, en el Palacio de Justicia de Quito. El 14 de abril de este año, Amaguaya recibió una boleta de citación por no respetar la luz roja del semáforo. Iba en su carro.
Desde ese día, él acude todos los días a consultar si su boleta ya fue sorteada y remitida a uno de los seis juzgados de Tránsito.
“Espero que la boleta pase a uno de los juzgados para impugnar. Todos los días me demoro al menos 30 minutos en consultar el estado de la contravención”. Amaguaya ha hecho tantas consultas, que ya sabe de memoria el número de la contravención que recibió hace casi dos meses.
Hasta ayer al mediodía, el sistema de consulta de la Función Judicial no remitió ningún resultado respecto de la contravención cometida por Amaguaya.
“La administración de justicia en materia de tránsito colapsó. Los jueces no cumplen con los plazos y el retraso hace que los usuarios no puedan ejercer plenamente sus derechos”, dice.
En la oficina de sorteos, ayer ingresaban al sistema las contravenciones que llegaron en noviembre. Gustavo Villamarín, asistente administrativo de esta dependencia, explicó que cada día se sortea un promedio de 500 contravenciones.
No obstante, el número de contravenciones que llega a esta oficina supera la capacidad operativa del personal. En el momento, hay aproximadamente 60 000 boletas pendientes de sorteo.
Marco Rodas, director provincial del Consejo de la Judicatura, informa que en los próximos días se designarán tres funcionarios más a la oficina de sorteos.
Esto, en su opinión, permitirá redistribuir la carga laboral para facilitar los trámites y despachar las causas pendientes.
Pero el retraso también se extiende a los despachos de los jueces de tránsito. En el Juzgado Primero de Tránsito, por ejemplo, se tramita un promedio de 100 contravenciones diarias. Andrés Zambrano, juez primero, asegura que el trámite de las contravenciones se acumula porque tiene que dar prioridad a los delitos.
La demora causa molestia y pérdida de tiempo entre los usuarios. Raúl Imbaquingo recibió una citación en octubre del 2009, por no respetar las órdenes de un policía de Tránsito. Luego de ochos meses, la boleta fue remitida ayer al Juzgado Tercero.
Imbaquingo esperaba el sorteo para contratar un abogado que lo ayude a impugnar la citación. Él cree que algunos policías aplican con discrecionalidad la Ley de Tránsito. “Tengo testigos que lo pueden corroborar”.
Para evacuar las causas pendientes en los juzgados, Rodas asegura que la Judicatura está terminando un proceso de selección para asignar un juez adjunto y un juez de contravenciones a cada uno de los seis juzgados de Tránsito en la capital.
Explica que solo falta la aprobación del presidente del organismo, Benjamín Cevallos.