Cuando Luis Cárdenas matriculó su moto, hace un año, recibió dos chalecos anaranjados que llevaban el mismo número de la placa de su vehículo. Ayer, la prenda que utilizaba lucía destruida. Las costuras de los tirantes estaban deshiladas, los colores eran opacos y el número de la placa estampado estaba desgastado. Aseguró que es el segundo chaleco que utiliza en un año. El primero le duró seis meses. Cárdenas solo puede concluir una cosa: “La prenda es de muy mala calidad”.
Un examen de la Contraloría determinó indicios de responsabilidad penal en tres contratos suscritos por la actual Agencia Nacional Tránsito (ANT). Dos de esos contratos fueron para la adquisición de 1,2 millones de chalecos reflectivos, por un monto de USD 9,7 millones. Adicionalmente, se pagaron USD 6, 4 millones por 600 000 placas para motocicletas. Según el informe de Contraloría, ambos contratos fueron suscritos por el ex director de la ANT, Ricardo Antón, entre enero del 2010 y 2011.
El rápido deterioro de estos dispositivos de seguridad obligó a muchos conductores a hacer sus propias adaptaciones.
Sobre una chompa azul, Roberto González usaba un chaleco naranja y negro, que cubría completamente su torso. Unas delgadas cintas retrorreflectivas se veían en los costados. En la parte posterior tenía un espacio en el cual González había acomodado la placa que recortó del chaleco que le entregaron en la ANT.
“A los 15 días de uso empezaron a zafarse las costuras de los tirantes”. En pocas semanas, el chaleco quedó inservible.
Aunque el contrato de la entidad pública establecía la adquisición de 1,2 millones de chalecos, según el informe de Contraloría, la misma ANT certificó que hasta diciembre del 2011 solo existían 273 144 motos matriculadas a escala nacional. En Quito hay cerca de 135 000 motociclistas.
El chaleco que usa González no cumple con la norma técnica establecida en el Reglamento para la formación y capacitación de conductores de motocicletas. Sin embargo, al conductor le sirve para no tener problemas durante los controles de la Policía.
Los chalecos empezaron a entregarse en febrero del año pasado, pero el registro de las sanciones se inició en mayo. En los últimos 12 meses, la Policía de Tránsito ha emitido 2 693 sanciones, a motociclistas que no utilizan el casco o el chaleco. Aunque hay conductores que utilizan el cha-leco con la placa impresa, hay quienes llevan sobre sus espal-das mochilas u otras prendas que cubren casi por completo este dispositivo.
Según la Asociación Ecuatoriana de Motociclistas (Aemoto), actualmente solo uno de cada dos motociclistas que circulan en las calles utiliza el chaleco. Ayer, de 100 motociclistas que circularon por la av. Amazonas, a la altura de la calle Jorge Washington, 51 no utilizaban el dispositivo.
De los otros 49, hubo 13 que habían adaptado la parte impresa con la placa del chaleco original a otras prendas.
La Asociación dice que el material con el cual fue hecho el chaleco no cuenta con las características técnicas de una prenda retrorreflectiva. Esta observación también la compartió Jesús Gómez, asistente técnico de Aneta, quien acotó que la prenda no cumple con las especificaciones técnicas que indica el reglamento para la formación de motociclistas.