Cuatro grupos de creyentes católicos hicieron una pausa en su rutina. Ayer, se concentraron en el convento de San Francisco, en el Centro Histórico, para ultimar los detalles de la procesión Jesús del Gran Poder.
En total son 110 personas. Pertenecen al Culto de Jesús del Gran Poder, al Grupo Juvenil San Andrés, al Grupo Juvenil Luz de Esperanza y a la comunidad franciscana.
Ellos alistaron las andas, limpiaron las figuras que participan en la procesión (Jesús de Gran Poder, la Virgen de los Dolores y San Juan). También ordenaron los trajes de los cucuruchos y arreglaron la tarima que se coloca en la plaza de San Francisco.
Para la primera tarea, el punto de concentración fue el parqueadero. Ahí 10 personas con paños en las manos sacaron brillo a dos andas. Las estructuras elaboradas en cobre repujado fueron limpiadas con aceite cosmético. Luego se las llevó al patio central.
Estas dos estructuras, en las cuales se traslada la imagen de la Virgen de los Dolores y de Jesús del Gran Poder, tienen un sistema de frenos y de dirección. Sin embargo, para moverlas se requiere de la fuerza. Los creyentes deben empujarlas.
David Maldonado, devoto que participa en los preparativos hace 19 años, comentó que la fe por Jesús del Gran Poder es la motivación para dejar de lado sus actividades. Él trabaja en una mueblería. “Es una tarea ajetreada, pero se lo hace por gratitud a la vida”.
La tarea de poner a punto las andas no terminó con la limpieza. Por la noche estaba previsto colocar las imágenes en su sitio. Mientras las esculturas talladas en madera permanecían en el altar mayor. La figura de Jesús del Gran Poder, que data del siglo XVII, tiene una bata café y una cruz. Es una obra atribuida al padre Carlos.
Unos cinco metros más adelante, estaba la Virgen de los Dolores, con un vestido negro de terciopelo. Entre sus manos sostenía un pañuelo blanco bordado. Washington Moreno, otro voluntario, mencionó que la tarea de armar las andas empieza a las 22:00, del Jueves Santo. Los creyentes cargan las figuras y las sacan del templo para fijarlas con tornillos en las andas. Ahí también se instalan luces, adornos con flores y cortinas. Estas últimas prendas estaban ya planchadas, en una de las bodegas del convento.
En este espacio, al que se llega después de caminar por un estrecho pasillo, estaban los 800 trajes de cucuruchos. Cada uno de los atuendos estaba listo para ser entregado a las personas que se registraron. Consta de un bonete con cintas, puede ser de cartón o plástico. Está cubierto de una tela morada, tiene una bata y un cordón.
Las personas que separaron estas prendas deben estar, hoy, en el Colegio San Andrés. Desde las 06:00, los integrantes del grupo juvenil del plantel entregarán los trajes. Para canjearlos se debe presentar el comprobante de inscripción, la cédula y dejar USD 20 de prenda.
Junto a la sacristía, Paúl Rojano realizaba su aporte. En unas pequeñas lavacaras que tenían un oasis en el interior acomodaba rosas, claveles y margaritas. Su tarea era realizar 10 arreglos para este Viernes Santo.
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El objetivo, según David Maldonado, era que a las 02:00 de hoy todo esté a punto.
Carlos Amendaño, fray franciscano, mencionó que la concentración de los feligreses empieza a las 06:00. Luego estos se ubicarán en la calle Bolívar. Este año participan 1 500, entre cucuruchos y verónicas. En esta cifra no se incluye a los penitentes que cargan cruces durante la procesión y a los otros asistentes.
El cierre de las vías comienza a las 10:00. A partir de esa hora se inicia el recorrido con la imagen de la Virgen de los Dolores, luego saldrá la de San Juan. A las 11:45, en San Francisco, se hará una ceremonia para leer la sentencia y saldrá el último grupo que acompañará a la figura de Jesús del Gran Poder.
Se estima que el recorrido dure cuatro horas. La gente caminará por ocho calles. En el trayecto habrá alrededor de 200 miembros de la Policía Nacional, Metropolitana y Grupo de Operaciones Especiales.
Luego de la procesión, a las 17:00, se oficiará una ceremonia y se adorará la cruz.
En contexto
La procesión de Jesús del Gran Poder se realiza en Quito desde hace 53 años. En el caso de Quito se trata de una de las mayores muestras de fe, conjuntamente con la romería a la virgen de El Quinche. Por cerca de cuatro horas se realiza el recorrido.