En el 2005, Francisco Javier Tamayo (27) viajó a Argentina para estudiar Ingeniería Agrónoma en la Universidad Católica de Buenos Aires. Lo hizo luego de averiguar el nivel académico en algunos centros de estudios del continente. “Realizo muchas prácticas en producción ganadera. Eso me gusta bastante”, dice el joven quiteño, quien aspira estar de vuelta en el Ecuador cuando concluya sus estudios, en el 2013.
Según el Censo de Población y Vivienda de 2010, 10 882 estudiantes de Quito viajaron a otros países para continuar con su preparación académica. Del número de personas que se trasladó a Argentina, el 77% lo hizo por estudios. Con ese propósito, a Alemania viajó el 59%. Los dos países receptan los porcentajes más altos de estudiantes, en función al número de quiteños que viajaron .
Fabián Solano, gerente general del Instituto Ecuatoriano de Crédito Educativo (IECE), reconoce que Argentina se ha convertido en un referente para los estudios. “La razón: los costos de la formación académica y la manutención (vivienda y alimentación) son más bajos en relación con otros países que ofrecen buena formación académica”.
Al mes, Tamayo destina alrededor de USD 700 para pagar el arriendo de un pequeño departamento en Buenos Aires, su alimentación y gastos en la universidad. Estos recursos le envían sus familiares desde Ecuador.
Paola Arias (20) cursa el primer semestre de la carrera de Educación en el Instituto Superior Cordillera. Ella acudió el martes pasado a la Embajada de Argentina, en Quito, para obtener información sobre los requisitos para viajar a ese país. “Quiero ir a Mar del Plata para prepararme en un Instituto de Educación, sé que la formación es muy buena y también quiero conocer otra cultura”.
La Embajada de Argentina otorga en octubre de cada año cupos para 47 universidades y 7 institutos nacionales (públicos). Tres meses antes, en julio, los aspirantes deben presentar una su solicitud al agregado cultural. El número de cupos es abierto a excepción de ciertas carreras como Medicina, Odontología y Arquitectura. Los estudiantes con mejor promedio reciben preferencia.
Al obtener un cupo, los aspirantes deben tramitar su visa, que cuesta USD 200.
Entre las carreras con mayor demanda está Medicina, en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA); Ingeniería Aeronáutica, en la Universidad Nacional de La Plata y Cine, Danza y Música, en el Instituto Universitario Nacional del Arte.
Hay también carreras nuevas como tecnologías en Turismo Rural, en Jardinería, en Producción Vegetal Orgánica. Además, licenciaturas en Paleontología, Calígrafo Público, Traductor Público, Fonoaudiología y Musicoterapia.
La educación superior en las universidades e institutos nacionales de Argentina es gratuita. Los estudiantes ecuatorianos solo deben pagar 30 pesos anuales, (USD 10) por la matrícula.
Darío Aguirre (33) decidió ir un poco más lejos. En el 2000 viajó a Alemania para estudiar. Luego de un año y medio de aprender a dominar el idioma empezó su formación en Comunicación Visual y Medios, en la Universidad de Bellas Artes de Hamburgo.
Inicialmente, el joven financió sus estudios con los recursos que obtenía como músico o pintor. “Los primeros años daba conciertos o dictaba talleres de pintura en un centro multicultural. Luego, gracias a mi desempeño académico obtuve una beca del Friedrich Ebert Stiftung, fundación que apoya a los extranjeros”.
Según el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), en Alemania se encuentran 444 estudiantes quiteños.
En la actualidad, Aguirre realiza la posproducción de su segundo largometraje documental. Este producto fue financiado por fondos de cine alemán, el canal franco – alemán ARTE y la televisión Suiza.
Otro país que concentra un porcentaje importante de estudiantes es Canadá: 342. Francisco Jácome (23) viajó en el 2007 a Montreal para estudiar Economía y Ciencias Políticas en la Universidad de Montreal. Tras tres años de estudio obtuvo su título B.Sc., que en el Ecuador equivale a una Licenciatura.
La carrera y manutención de Jácome fue financiada por su familia, radicada en Quito. El costo de la pensión para extranjeros es USD 15 000, cada año, pero él pagó solo USD 3 000 gracias a una beca que le otorgó el Gobierno. Para Jácome su experiencia en el exterior ha sido gratificante. “Vivir otra cultura es chévere y constructivo”. Su padre Iván Jácome conversa a diario con él.
‘También elegí Argentina, porque amo el deporte y acá se vive para el fútbol ’.
Francisco Javier Tamayo
Estudiante de Ingeniería Agrónoma
‘Estar lejos de la familia es difícil, porque se la extraña. Siempre hablamos’.
Francisco Jácome
B.Sc. en Economía y Ciencias Políticas