Las listas de los vendedores de jugos de naranja siguen depurándose

José Guzmán vende la bebida en la avenida Mariscal Sucre. Él espera ser regularizado. Foto: EL COMERCIO

José Guzmán vende la bebida en la avenida Mariscal Sucre. Él espera ser regularizado. Foto: EL COMERCIO

José Guzmán vende la bebida en la avenida Mariscal Sucre. Él espera ser regularizado. Foto: EL COMERCIO

Todavía no se están realizando controles a los vendedores de jugos de naranja en las calles de Quito. Así lo informó Juan Zapata, de la Secretaría de Seguridad del Municipio. Él precisó que hasta el momento se encuentran depurando las listas de las personas que fueron censadas por la Policía Metropolitana hace más de un mes.

“Estamos verificando el lugar donde los comerciantes aseguraron estar, con el fin de depurar las listas y que nadie se aproveche de la situación. Una vez cristalizada esa información, nos reuniremos las autoridades competentes para ver qué paso seguir”, dijo.

En un inicio, el censo contabilizó 600 personas que se dedicaban a vender naranjada embotellada en la capital, pero al taller que ofreció el Municipio con la colaboración de la Secretaría de salud, de la Agencia de Control y de ConQuito, solo asistieron 316.

Los vendedores que recibieron la capacitación retiraron la credencial de la Secretaría de Salud. Acudieron 145 de la administración Eugenio Espejo; 130 de las administraciones Eloy Alfaro, Quitumbe y Los Chillos; 35 de La Delicia; 35 de Manuela Sáenz; 7 de Tumbaco; 6 de Calderón y 3 de La Mariscal.

Una de las personas que recibió su credencial fue María Sigchos, quien vende la bebida en la avenida Mariscal Sucre, a la altura de San Carlos. Ella aseguró que las autoridades le enseñaron normas básicas de higiene, cómo manejar los alimentos y lo que no debe hacer para obstaculizar el espacio público. Con su puesto en orden, delantal, guantes y con un mantel que cubre el exprimidor de jugos, dijo estar feliz de haber sido tomada en cuenta y de poder trabajar. Admite que los días de lluvia no vende bien, pero los días soleados lo compensa. Una buena mañana, vende hasta 40 botellas a USD 1 cada una.

En la credencial consta el nombre del comerciante, su número de cédula, la administración zonal a la que pertenece y el giro de negocio que es venta de jugo de naranja.

En las calles aún hay comerciantes que esperan ser censados por el Municipio. Ese es el caso de José Guzmán, quien vende la bebida en la avenida De la Prensa, en el norte de Quito. El hombre asegura que asistió al taller pero como no constaba en la lista no se le permitió ingresar. Con su mandil blanco, sus naranjas bien lavadas y brillantes y su puesto aseado, espera que las autoridades lo visiten y constaten que cumple con todas las medidas de aseo.

Él recibe las naranjas la noche anterior a la venta. Las coloca en un gran balde con agua y una gota de cloro,  luego las friega con cepillo y al otro día las exprime. Lo demuestra abriendo el balde donde están las frutas. Todas están limpias. El comerciante dejó sus datos en la administración La Delicia y espera poder obtener su carné pues hace tres meses fue despedido y por su edad no ha podido encontrar trabajo.

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