Las audiencias en la Unidad de Flagrancias se realizan durante las 24 horas del día. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
El tramo que une a las avenidas Patria y 9 de Octubre, en el centro norte de la ciudad, en donde se levanta la Unidad de Flagrancias, tiene una particularidad. En la noche tiene el mismo movimiento de personas, vehículos y venta de comida, que en el día. Incluso, algunos aseguran que la actividad en la noche es mayor.
En ambos lados de las calles aledañas a este edificio se estacionan vehículos, por lo que buscar un sitio para aparcarse resulta una tarea complicada. Sin embargo, para ahí se ubican dos cuidadores de vehículos que también ayudan a buscar un sitio.
En la acera de la av. Patria se colocan carros de comida, que con focos iluminan lo que ofrecen: empanadas de verde con café, secos de pollo y además un plato de arroz, ensalada y chuleta.
En estos puestos cada cierto tiempo se acumulan personas para comprar algo que les permita resistir la espera. Les interesa conocer la hora de la audiencia de un familiar en problemas con la justicia.
En su mayoría los familiares esperan en el interior del edificio. Visten ropa abrigada y se cubren con cobijas.
Sin embargo, hay otros arriesgados que esperan a la audiencia de sus familiares fuera del edificio, sin importar el intenso frío nocturno.
En este movimiento de personas, los abogados también están ajetreados por las audiencias.
Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Walter Guascal es uno de ellos, quien la noche de ayer, martes 10 de noviembre, debía esperar por las audiencias de algunos casos que tiene. Contó que el movimiento en la noche es como el de la mañana. “No se descansa, sin embargo esto me apasiona”, expresó.
Anoche este abogado tenía cuatro casos que resolver y debía esperar a que programen sus audiencias en la madrugada.
En la sala de espera hay historias de familiares angustiados por la suerte de padres, hermanos, esposos, tíos, hijos… Por ejemplo, Tamara Jiménez esperaba ver a su esposo, cuya audiencia debía realizarse esta madrugada.
“Por las condiciones económicas y porque la hermana de mi esposo tiene cáncer”, la mujer dio a entender que quizá se involucró y se detuvo a su pareja porque presuntamente habría falsificado una credencial. Supuestamente se habría hecho pasar por bombero. En un negocio le habrían ofrecido USD 60, contó Jiménez, quien aseguró que su esposo no aceptó ese dinero. Incluso señaló que no se encontró evidencias.
La señora señaló que su esposo no tiene antecedentes penales. Y que hace unos meses fueron estafados por una persona que nunca les pagó por un trabajo realizado.
En este punto de la ciudad se escuchan varias historias. Y se observa a uniformados de la Unidad de Policía Comunitaria de varios barrios, también a investigadores especializados de unidades como la Dinased y Dinapen.
En el interior de la Unidad de Flagrancias hay pantallas en donde se observan las horas en las que se desarrollarán las audiencias, el número de la sala, con el nombre del procesado.