La congestión vehicular se complica en la avenida Amazona a la altura del Mall El Jardín, en la noche. Foto: Vicente Costales/El Comercio
Los vehículos de servicio público se detienen sobre el paso peatonal trazado en la calzada de la avenida Amazonas formando dos columnas para estacionarse. Los peatones deben sortear buses y taxis para cruzar en este tramo de la vía, a la altura del Mall El Jardín.
La situación se complica para los conductores que avanzan por la avenida Amazonas desde el sur y aquellos que curvan desde la Mariana de Jesús. Ellos deben esperar que los choferes de las unidades de servicio público avancen. Cuando no lo hacen buscan espacio en el carril izquierdo para continuar hacia el norte, lo que genera más congestión. Entre las 19:50 y las 20:15 el tráfico se incrementa.
Dos de los tres carriles, en sentido sur- norte, son ocupados por taxis y buses. La necesidad de captar clientes en la parada ubicada cerca del centro comercial genera largas filas en la av. Amazonas y en ocasiones, hasta la av. Mariana de Jesús.
Este Diario habló la noche del martes 2 de febrero con una agente de tránsito asignada al sitio. La uniformada indicó que conductores de buses y taxis inciden en esta situación, pues en su intento de acceder a los pasajeros, se paran por más tiempo del “normal”, en el lugar. Por eso, el monitoreo es constante y permanente, ya que si los agentes no usan su silbato a manera de advertencia, los conductores no circulan.
Esto genera otro problema en este sector: el uso constante de los pitos por parte de los conductores para apresurar el paso. De esto conocen quienes laboran en el sector, Rodrigo López es uno de ellos. Él es vendedor ambulante y cuenta que la desesperación de algunos conductores por pasar ese tramo hace que presionen sus bocinas por más tiempo.
El irrespeto y la desobediencia a las señales de la autoridad también es una de las infracciones que, a menudo, se registran en este sector. Esto porque hay choferes que, pese a que escuchan el silbato de advertencia del agente de tránsito, demoran la circulación. O, en el caso de los taxis, se detienen en sitio prohibido.
Gracia Vallejo cuenta que cuando hay presencia de los agentes de tránsito esto no ocurre. Ella considera que los viernes es un día complicado.
Algo similar sucede más al norte en las afueras de la estación del Trole en el sector de La Y. Allí, también, la congestión es ocasionada por los transportistas que buscan más pasajeros. Por eso, los agentes de Tránsito desarrollaron estrategias para agilizar el tiempo de embarque y desembarque de pasajeros. Dos agentes se ubican a dos cuadras de distancia y piden a los buses y taxis usar un solo carril. Cuando llegan frente a la estación, un agente controla que los pasajeros suban a los buses en 30 segundos o máximo un minuto. Luego les piden que cierren las puertas y que circulen.
Pese a esto, las quejas de los conductores particulares son frecuentes. Un agente que habló con este Diario señaló que los choferes cuestionan su labor por las largas filas que se forman en horas pico, pero dice que eso es normal por la gran afluencia de gente que salen de sus trabajos a las 18:00 hasta pasadas las 20:00.
Al sur, en la estación del Trole de El Recreo, la situación se repite. La diferencia es que hay más presencia de automóviles particulares que funcionan como “taxis”.
Mario Cajas, morador del sector, cuenta que una manera de saber si hay personal de tránsito asignado a las afueras de la estación es cuando no hay congestión. Es en ese tiempo cuando los conductores, principalmente de carros pequeños, no se pueden estacionar. Lo que hace más fluido el paso por la avenida Maldonado hacia el norte.