Un equipo del Municipio de Quito acudió a la emergencia y con maquinaria pesada levantaron la tierra. Foto: archivo particular
Las fuertes lluvias generan temor en los habitantes de la calle Chinchipe y 20 de enero, en La Ferroviaria, en el sur de Quito. Esta tarde, miércoles 13 de enero del 2016, una pared del cerramiento de un predio cedió por el peso de la tierra mojada.
Los pedazos de adoquines y tierra quedaron esparcidos en media vía.
Christian Osorio tiene una casa que colinda con el predio donde se produjo el derrumbe. Él detalló que a las 16:00 se encontraba en la sala de su casa cuando escuchó un estruendo como si una casa se desplomara. Desde la ventana de su vivienda observó que el muro estaba en el suelo. Salió a la calle y lo primero que hizo fue buscar si habían personas debajo de los escombros, pues la calle es muy transitada. Fue una alivio descubrir que solo se trataba de un daño material.
Sin embargo, para los moradores, el derrumbe les genera temor porque las demás paredes del cerramiento están en mal estado. “El terreno está abandonado desde hace unos 30 años, al menos”, cuenta Osorio.
La falta de mantenimiento en las paredes se evidencia en los huecos que han realizado otras personas para ingresar al terreno, quienes usaban ese espacio para fumar marihuana, consumir base de coca o esconder las evidencias de un delito.
Solo hasta hace tres meses el terreno era un baldío lleno de maleza y árboles. Allí ocurrían a diario robos, sobre todo a estudiantes.
Ahora, luego de una minga, los vecinos lo transformaron en una cancha de fútbol a la que acuden los niños del sector y los estudiantes de una escuela cercana.
Sin embargo, debido al clima, más de un vecino cree que es peligroso pues temen vaya a ocurrir otro derrumbe.
Así lo explicó Jorge Guaygua, un morador que ayudó a limpiar los escombros.
Un equipo del Municipio acudió a esa emergencia y con maquinaria pesada levantaron la tierra. Los vecinos por su parte limpiaban el lodo que entró a sus garajes y los ingresos a sus viviendas.