Miembros de la iglesia ubicada en Guajaló limpiaron con palas, escobas y con botas de caucho el agua y el lodo que ingresó al lugar por el fuerte aguacero. Foto: EL COMERCIO
Antes de las 06:00 de hoy, jueves 12 de mayo, los miembros de la iglesia Cristiana Evangélica Casa de Bendición, ubicada en el barrio El Paraíso (sector Guajaló), se citaron en el auditorio para limpiarlo del lodo y de los escombros que trajo el desbordamiento del río Machángara.
Con palas, escobas y con botas de caucho, las 10 personas se pusieron a limpiar, en minga, todos los destrozos, especialmente del salón de la iglesia. La congregación tiene una asistencia dominical de 200 personas de sectores populares del sur de Quito.
La fuerte lluvia que cayó ayer, en buena parte del sur de la capital, inundó algunos sectores de Guamaní y Guajaló. Los organismos de socorro (Bomberos y Policía Metropolitana) colaboraron con los moradores de 12 casas. Y la Secretaria de Seguridad y Gobernabilidad evacuó a 9 personas (3 adultos y 6 niños) hacia el albergue de la Policía Metropolitana.
En el barrio El Paraíso, donde se encuentra la iglesia cristiana, aproximadamente a las 18:30 de ayer, dos jóvenes estaban dentro del auditorio de ese templo realizando un video que iban a proyectar el domingo en el culto, de pronto la fuerza del agua irrumpió por la puerta principal destrozándola completamente.
Aún con el susto en el cuerpo, los chicos observaban que -en menos de un par de minutos- cómo el nivel del agua comenzó a subir hasta ubicarse en un 1.50 metros e inundó toda el área del auditorio de aproximadamente 200 metros cuadrados.
Entonces, los jóvenes de entre 18 y 20 años se subieron en un mueble donde estaban los equipos de sonido y lograron romper el techo para huir. Pero tuvieron que permanecer allí por tres horas hasta que los Bomberos lograran evacuar el agua acumulada.
El agua del Machángara afectó a seis familias más del sector aledaño al cauce del río y destruyó todos sus enseres. Incluso el auto del pastor de la iglesia Cristiana Evangélica Casa de Bendición, Rafael Ortiz, quedó bajo el agua.
Los 10 miembros de la congregación continuaban limpiando el auditorio hasta pasadas las 10:00 de hoy. Luego, contó el pastor, harán la reconstrucción de las partes afectadas y se alistarán para tener sus reuniones normales y el domingo el culto en los patios de la iglesia cristiana.
Tras cuatro horas de labores, los miembros de la congregación hicieron una pausa para rezar. El pastor los reunió en círculo y les dijo: “Más vale perro vivo que león muerto. Tengan fe, hermanos, vamos a pasar de este impasse”. Inmediatamente se abrazaron y volvieron a coger las escobas y las palas para retirar el lodo que, con los primeros rayos del sol, ya se estaba endureciendo.