La recién remozada Plaza Chica quedó destruida

plaza Chica

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Las bancas ornamentales que colocaron en la plaza Chica, hace un mes, fueron destruidas. Fotos: Galo Paguay / EL COMERCIO

Las marchas y concentraciones que se realizaron en la ciudad, el jueves pasado, ocasionaron daños en infraestructura pública y bienes privados. Ayer se presentó una evaluación de lo ocurrido, especialmente en el Centro Histórico.

Paredes, puertas, bancas, adoquines, aceras, jardineras y arbustos registraron daños. Joffre Echeverría, administrador de la zona Manuela Sáenz (centro), dijo que se pintaron grafitis en la calle Guayaquil, la principal arteria de ingreso al Centro Histórico. Todas las edificaciones de esta y de otras vías, como la Benalcázar, García Moreno, Chile, Espejo, entre otras, son parte del patrimonio mundial.

Hubo destrozos en la plaza Chica (calles Guayaquil y Espejo), pese a que se dispuso un vallado especial de la Policía Metropolitana y otro, adicional, por parte de la Policía Nacional. “Lamentablemente ese cerco se destruyó y al tratar de ingresar, dañaron las bancas, una infraestructura de mobiliario público nuevo que se inauguró hace menos de un mes”, señaló el funcionario.

Se registraron, además, daños en la parada del Trolebús de la plaza de Santo Domingo, punto de llegada para la marcha de oposición. La plaza de San Francisco, nuevamente, fue afectada: grupos de manifestaron sacaron entre 40 y 50 piedras (adoquines de andesita).

Personal del Instituto Metropolitano de Patrimonio y de otras entidades municipales pudieron recuperar algunas piedras, las cuales serán colocadas en las próximas horas.

La Municipalidad entregó a la Junta Nacional del Artesano un permiso para usar la Plaza Grande; pero esta habilitación “no contemplaba el uso absoluto de ninguna tarima, de ningún mobiliario o equipo audiovisual o permiso para acampar”. En este espacio, volvieron a poner clavos, alambres de amarre, sogas en las piedras de la Catedral. Se colocaron clavos hasta en el piso de la plaza.

Eso no tiene valoración únicamente económica. “No podemos decir cuánto cuesta una masilla para tapar un hueco, sino es una afectación a un elemento patrimonial irreparable”, dijo Echeverría.

La Municipalidad firmó por separado, con la Junta de Defensa del Artesano y con la Conaie, documentos en los cuales se comprometían a respetar el patrimonio. La primera agrupación se responsabilizó por la Plaza Grande y, la segunda, por la plaza de Santo Domingo y el parque El Arbolito; este último fue entregado sin daños.

Después de la valoración se realizará el procedimiento para cobrar el costo de la reposición en los bienes. El administrador adelantó que se puede ejercer un proceso de coactiva. Ninguno de los dos grupos que pidió el permiso firmó una garantía de pago, por posibles daños.

Desde la mañana de ayer, trabajadores de las Unidades de Espacio Público de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas, realizan labores para reparar estos daños en el centro.

Saúl Piedra, uno de los jardineros, sacaba las plantas aplastadas en la Plaza Grande. Él indicó que se necesitarían cerca de
5 000 unidades para reponer lo perdido en las muestras de respaldo al presidente Rafael Correa. Él recordó que el 3 de julio pasado arregló los jardines que quedan frente al Palacio de Carondelet porque también hubo daños tras la concentración de respaldo al Jefe de Estado.

Las especies afectadas son hansel verde y rojo, vincas, agapantos y achiras. También se perdió unos 250 metros de césped. Por su parte, Diego Coyago, cuidador de las piletas denunció que la gente destruyó parte de las tuberías y se robó piezas de estas fuentes de agua.

La ciudadanía reclamó por los daños a la ciudad. Erik Mozo, miembro de la Asamblea ciudadana y popular de Quito, condenó que se haya atentado contra el patrimonio.

Él pidió al alcalde Mauricio Rodas que tome las medidas necesarias para hacer respetar la ciudad y que él se pronuncie en contra de la violencia ejercida por ciertos grupos.

En contexto

El Centro Histórico, desde los años 70, es el escenario obligado de las manifestaciones, a favor y en contra de los gobiernos de turno. La ubicación del Palacio de Carondelet es una de las causas. Lamentablemente se trata de un área que es patrimonio cultural mundial.

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