Quito, con daños y escasa actividad

En el cruce de las avenidas Amazonas y Naciones Unidas, pantallas gigantes proyectaban mensajes de paz. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

En el cruce de las avenidas Amazonas y Naciones Unidas, pantallas gigantes proyectaban mensajes de paz. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

En el cruce de las avenidas Amazonas y Naciones Unidas, pantallas gigantes proyectaban mensajes de paz. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO.

A cada paso, las manifestaciones violentas dejaron heridas en la capital. Pavimento levantado, ventanas rotas, semáforos y postes tumbados, contenedores dañados, y llantas quemadas obstaculizando vías dieron cuenta de la violencia de los ataques que sufrió Quito los últimos días de protestas en rechazo a las medidas económicas anunciadas por el Gobierno.

A pesar del toque de queda anunciado la tarde del sábado 12 de octubre del 2019, la mañana de ayer  (domingo 13) hubo movimiento en la ciudad. Personas caminaban por calles como la Amazonas, la Naciones Unidas, la América, la Prensa y la Brasil. Otras prefirieron salir en bicicleta como una forma de tomarse el espacio público y devolverle la paz a la ciudad.

En la mañana, vías como la Orellana, Colón y América lucían despejadas, con pocos vehículos y con una inusual calma, pero en otros puntos como en la Ruta Viva, en Monjas y en El Arbolito se mantenían enfrentamientos entre manifestantes y fuerza pública.

A las 13:30, el 85% de las vías de Quito estaban abiertas, y agentes metropolitanos apoyaban las labores de limpieza. Sin embargo, hubo bloqueos en vías como la Simón Bolívar, Intervalles y Córdova Galarza.

No hubo transporte público. Un equipo de contingencia de conductores del transporte municipal se mantenía activo para reanudar la operación en caso de que las condiciones de circulación fueran seguras, informó la Empresa de Pasajeros. La gente debió caminar o abordar camionetas que ofrecían sus servicios en la Colón, en la América, en la 6 de Diciembre, y otras vías.

Los mercados del Distrito también permanecieron cerrados. Juan Báez, de la Federación de Mercados, contó la preocupación de los vendedores. “Estamos perdiendo plata sin miedo. Rezamos a Dios que esto se solucione pronto”.

Mientras en los mercados los productos se dañaban, en otros lados se necesitaban. En el sector de Turubamba Bajo, en Chillogallo, al sur de Quito, la gente salió desde temprano para intentar comprar pan, leche, queso y otros productos de primera necesidad en los pocos negocios abiertos.

En la av. De la Prensa, pocos negocios abrieron sus puertas por temor a saqueos. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.

Algunas panaderías y locales atendieron con puertas entreabiertas. La gente formó largas filas para adquirir los productos que se despachaban rápidamente. Algunos de los compradores tenían un palo de escoba en la mano. Hubo temor porque solo un día antes pasaron encapuchados en motos amenazando a las personas con saqueos si no cerraban los locales y plegaban al paro.

En el barrio Las Casas y en La Gasca, donde el sábado se registraron protestas, la consigna también era conseguir pan.

En algunas calles y la avenida Teniente Hugo Ortiz se observaba los restos humeantes de llantas y maderas que habían sido encendidas el sábado. La iglesia del sector ofreció misas desde las 08:00. El sitio estaba lleno. Las personas de varios sectores se unieron para retirar los contenedores de basura que bloqueaban los principales accesos al barrio.

Más al sur, en el sector de Santa Rita, todos los locales estaban cerrados. En San Carlos y Cotocollao, amas de casa y familias salieron con banderas blancas pidiendo que pare la violencia. En la Amazonas, pantallas gigantes proyectaron mensajes de paz.

Mientras algunas personas intentaban volver a normalidad, limpiar los frentes de sus casas y retomar la paz, otras todavía protagonizaban disturbios. En La Magdalena, en una esquina un grupo de personas realizaba limpieza y recogía escombros en las calles y veredas del sector, mientras que a unas pocas cuadras de allí, manifestantes encendían llantas y volteaban contenedores llenos de basura en media calle, impidiendo el paso vehicular.

La avenida Simón Bolívar, desde el sector de la Floresta hasta la Argelia, estuvo cerrada. Grupos de manifestantes solicitaban de manera agresiva gasolina o dinero a los conductores, a manera de peaje, para permitirles circular.

Dos paradas del Metro de Quito también fueron afectadas. En El Ejido, manifestantes se llevaron piedras, palets y otros materiales que se utilizan para la construcción.

Además, se lanzaron artefactos inflamables que provocaron un incendio en la zona de la rampa de acceso de pasajeros. Aún no se determinan las pérdidas, ya que el personal no se ha podido acercar a la zona por la inseguridad. Además, se llevaron herramientas.

En la parada Alameda también ocurrió algo similar. Manifestantes se llevaron el adoquín que se tenía almacenado para continuar con la construcción de la estación y una parte del parque.

Moradores de La Gasca acudieron a comprar verduras y leche en tiendas abiertas. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.

La parada San Francisco también fue afectada días atrás. Las pérdidas, solo en material, superan los USD 80 000.

La empresa Acciona destinó más efectivos de seguridad para resguardar las bodegas de El Labrador y Quitumbe, donde se encuentran los trenes y demás insumos de la obra.

Establecimientos aledaños a las movilizaciones también resultaron con afectaciones. El gas ingresó a casas de salud cercanas. El Hospital Eugenio Espejo ha recibido a cerca de 196 heridos por manifestaciones, entre ellos, dirigentes indígenas y personas de comunidades.

La mayoría ha ingresado por asfixia, cuadros de ansiedad o impacto de proyectiles.

Debido a las manifestaciones, se ha dado un ausentismo de pacientes del 70%; se espera que se reagenden para los próximos días.

Las movilizaciones afectaron algunos vuelos en el Aeropuerto Mariscal Sucre, en Tababela. En un comunicado emitido ayer por Quiport, se explicó que las operaciones se mantienen abiertas para garantizar la conectividad. Sin embargo, la mayoría de vuelos fueron cancelados por las aerolíneas ante la imposibilidad de acceder desde y hacia Quito. Las vías de acceso a la terminal permanecían bloqueadas.

En la avenida Patria y 6 de Diciembre, al mediodía, tractores y camiones con ayuda de la Policía Nacional realizaron tareas de limpieza. Recogieron las grandes piedras, palos, troncos, llantas, cartones y escombros de las calles. A pocos metros, en las afueras de la Contraloría aún se ubicaban manifestantes y policías.

Euclides Mantilla, secretario de Seguridad de Quito, recordó que el control de la población está a cargo de las Fuerzas Armadas. Aseguró que el Municipio ha mantenido los servicios en la medida de lo posible, como la recolección de basura y provisión de agua potable, con el apoyo de Fuerzas Armadas y Policía Nacional.

El Secretario indicó que se reforzó el nivel de protección en sitios como en el Metro. Y aludió a que lamentablemente como Municipio no pueden contener lo que ni las mismas fuerzas del orden han podido. Coordinaron con el Comando Conjunto y la sala de crisis del ECU 911, tres grupos que se están movilizando con equipo caminero de Agua de Quito, Obras Públicas y Emaseo para recuperar los espacios afectados.

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