Más de 2 000 adultos mayores, intervenidos por sus cataratas

Blanca Mejía acude a una revisión médica, luego de que fue operada de cataratas, dentro del proyecto Volver a ver. Foto: Galo Paguay / El Comercio

Blanca Mejía acude a una revisión médica, luego de que fue operada de cataratas, dentro del proyecto Volver a ver. Foto: Galo Paguay / El Comercio

Blanca Mejía acude a una revisión médica, luego de que fue operada de cataratas, dentro del proyecto Volver a ver. Fotos: Galo Paguay / El Comercio

El mundo, para Blanca Mejía, de 86 años, dejó de ser gris. En julio y agosto pasados, ella se sometió a una cirugía de cataratas en ambos ojos. Y desde cuando volvió a ver le pregunta a su hija Magdalena, de 57, ¿quién se llevó su ropa de colores oscuros? y ¿por qué todo el vestuario que tiene, en la actualidad, le compraron en tonos más claros?

A la señora, que casi no escucha, pero que responde a todas las preguntas con una sonrisa, aún le cuesta acostumbrarse al cambio. Madre e hija son parte de 60 y Piquito; acuden a la sucursal de Luluncoto, pues viven muy cerca de la Pasteurizadora Quito, en el sur.

Para Magdalena, la oportunidad de inscribir a su mamá en el Programa Volver a ver, de la Unidad Patronato San José, fue una bendición. No tenía forma de pagar la operación. A esa entidad le cuesta USD 650 por adulto mayor intervenido.

La catarata es la primera causa de ceguera en el mundo, que es recuperable. Y tiene relación directa con la edad, aunque las hay de tipo congénito y por inflamación.

Lo explica el oftalmólogo Rodolfo Román, director de la Fundación Ecuatoriana Vista para Ciegos, que existe desde 1971. Con esta, el Patronato hizo un convenio para atender a 2 200 adultos mayores, en el 2015; el programa empezó en abril y ya han atendido a más de 2 000. Y en el 2018 declarar a Quito libre de cataratas y pterigium en esta población.

¿Qué es la catarata?
Es la opacidad de un lente (el cristalino) que está dentro del ojo. Cuando se opaca no permite que ingrese la imagen al interior. Si el ojo es un cuarto en donde todo está arreglado, la catarata es una cortina, que no desarregla el lugar. Por eso si se retira la ‘cortina’, la visión se recupera, indica, de forma didáctica, Román.

Blanca Mejía fue operada de cataratas, dentro del proyecto Volver a ver.

En la sala de espera de la fundación, en la Isabel la Católica N24-37 y Madrid, espera Gonzalo Jiménez, de 77 años. Él solo describe la cirugía de su ojo derecho como el proceso que le permitió “volver a ver como es debido”. La operación fue en mayo y ahora le alegra poder leer la hojita del domingo, en la iglesia de Barrionuevo.

En el país, el 1,7% de la población presenta problemas visuales, según Visión 20/20, iniciativa de la Organización Mundial de la Salud. El Patronato proyecta esos datos y afirma que 38 066 ciudadanos en Quito pueden estar afectados por un problema visual.

La principal causa es la catarata, que afecta al 74% de población con problemas visuales, más que nada quienes superan los 50 años, es decir a 22 535.

Enma Guerrero
, de 72 años, se dedicó a la costura y también a aplicar inyecciones y sueros, en su juventud. Se operó de catarata y pterigium, hace 18 años, en los ojos derecho e izquierdo, respectivamente. Acudió a la Fundación Vista para Todos, en la Gaspar de Villarroel y Mariano Jimbo, porque volvió a sentir una molestia. En esta ONG hay costos diferenciados, incluso gratuitos, para operaciones de cataratas, que pueden costar de USD 300 a 2 000, según la tecnología usada. El año pasado, dentro de una campaña anual, operaron a 802 adultos mayores en Quito.

Su director ejecutivo, Diego Nieto, cuenta que atienden a
1 500 pacientes diarios en el área oftalmológica, en 53 unidades en el país y 16, en el Distrito, incluidos los valles. De los 1 500, más o menos, el 45% son adultos mayores.

Durante el año, sus brigadas proveen de lentes de lectura a los adultos mayores. Nieto indica que desde los 40 años es normal la presbicia, alteración que impide ver de cerca. Y, además, buscan candidatos para operaciones de cataratas no solamente en la población de adultos mayores.

También, están dirigidas a niños porque este cuadro se presenta por temas congénitos o por causas traumáticas, si el paciente recibió un golpe, por ejemplo. O también producidas por una situación secundaria a enfermedades como la diabetes.

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