Darwin Vilaña ha recorrido América a lo largo y ancho del océano Pacífico y llegó a Ecuador el 17 de octubre del 2015 a bordo del crucero Zaandam, en el cual trabaja.
Darwin Vilaña ha recorrido América a lo largo y ancho del océano Pacífico. Lo hace a bordo de varios cruceros. Vilaña, de 33 años, llegó el 17 de octubre del 2015 a bordo del crucero Zaandam, en el cual trabaja.
El crucero fue uno de los primeros en llegar a Manta en el inicio de la temporada de cruceros en Ecuador. Esta temporada se da entre octubre de 2016 y julio de 2016, que a Manabí le significará el acoderaje de 22 trasatlánticos.
Vilaña estaba feliz, porque podía ver a su madre, padre y dos hermanos por tercera oportunidad y recorrer un crucero internamente. “Cuando sé que el crucero ingresará a Ecuador me contacto por internet con mis hermanos; ellos comunican a mis padres que viajan desde Quito vía terrestre a Manta. Ellos ingresan al navío y se quedan al menos 10 de las 12 horas que el crucero permanece en el puerto manabita”.
En el Zaandam han estado por dos oportunidades y también han conocido el Statemdan, igual en su arribo a Manta, comenta Vilaña. Él lleva 7 años y 10 meses trabajando como supervisor en el área de casinos de los cruceros. Pero ¿cómo obtuvo el empleo? Después de estudiar administración de empresas en Quito, Vilaña trabajó en el casino de un hotel en Quito. Con la experiencia que obtuvo en ese trabajo se enteró que buscaban en una empresa de cruceros personal con conocimientos en casinos, aplicó vía internet y fue aceptado.
Para Vilaña, quien se crió en el sector de San Carlos, en el norte de Quito, poder estar con su familia es algo único. El pasado 18 de octubre esperaba inquieto el ingreso de sus padres y hermanos. Presuroso llegó al pie del muelle dos del puerto de Manta. Ahí estaba acoderado el inmenso navío. Ayudó en la identificación de sus familiares, antes un fuerte abrazo y luego todos subieron al crucero.
Luz Vilaña, madre de Darwin, estaba tan emocionada que sus labios temblaban, no por ingresar al barco pues ya en dos ocasiones había estado en un crucero sino por ver a su hijo, que era tratado con mucho respeto por el capitán y parte de la tripulación del crucero.
Zamara y Alexander, los hermanos menores de Darwin, están orgullosos de lo que ha logrado su hermano. “Sin duda cuando uno se propone metas las puede cumplir”, aseguraba Alexander.
En un perfecto inglés, Darwin pedía autorización al equipo de seguridad del crucero para ingresar con sus familiares a la embarcación de 11 pisos. Los Vilaña permanecieron el 18 de octubre hasta pasadas las 17:00 en el navío, que luego partió a Perú.