El pueblo perdido

Vivíamos en el piso de más abajo de un edificio construido al filo de una montaña y teníamos un patio con una reja que daba a un bosque prohibido.

Todos los veranos se incendiaba el bosque y creo que se nos murieron unos perritos por el humo. O tal vez lo soñé' en todo caso, qué pena' Era sábado y le había invitado a mi prima a dormir. Nos levantamos muy temprano, nos vestimos y salimos al jardín a explorar el bosque. Trepamos la reja y bajamos.

El bosque se hizo más y más espeso hasta que llegamos a una pared de maleza. Mi prima dio un paso hacia adelante y cayó en un hueco. Yo aproveché para gritar, heroicamente, “yo te saaaaalvooo”, mientras caía en el mismo hueco, unos pasos más a la izquierda del sitio en que ella había caído.

Me levanté y me di cuenta de que estaba frente a un muro cubierto de maleza. Me asomé a ver qué había al otro lado y me acuerdo el shock que me provocó encontrar UN PUEBLO. Miré hacia atrás y vi a mi prima que estaba asomada por el otro extremo del muro.

Me volví a asomar y nos regresamos a ver impresionadas. Espiamos a un niño que recogía agua de un grifo en un balde. Vino una señora y le dio una cachetada porque el agua se había comenzado a regar del balde. No me acuerdo qué pasó después de la cachetada, así que hasta ahí puedo contar. Ahora sé que ese pueblo era Guápulo, pero ese día pensé que había descubierto EL PUEBLO PERDIDO'

Suplementos digitales