Redacción Construir
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En 1928, una silla larga diseñada por Le Corbusier revolucionó el diseño interior. Este nuevo modelo de mueble, largo y angosto, fue bautizado como ‘chaise longue’ o ‘cama para el día’ por esa misma morfología.
Y así se quedó, aunque en varios países hispanoparlantes también se le conoce con el nombre de tumbona.
La ‘chaise longue’ es el concepto de silla de descanso, que a través del tiempo pasó de ser un elemento suelto de la decoración, con diferentes tipos de diseños y acabados, a integrarse en ambientes completos y ser parte de sofás y modulares, comenta el diseñador de interiores guayaquileño Ángel Vaca.
Desde esa época, este mueble pasó a ser uno de los preferidos por los diseñadores industriales más afamados, destacándose entre ellos el belga Maarten van Severen, quien con sus innovadores diseños dio otra dimensión a los ‘chaise longues’, convirtiéndolos en elementos de gran impacto visual, además de ser funcionales.
En la actualidad, explica la arquitecta y diseñadora María Valle, son esenciales en los ‘family rooms’ y los teatros en casa, en auge en la distribución de la casa contemporánea.
Las clásicas tumbonas de cuero con estructura de acero son, todavía, las que más se venden, aunque las de estilo egipcio, art deco o barrocas también tienen su público cautivo.
“Este es un mueble utilitario por excelencia, ideal para leer, soñar o, simplemente, dejar la chaqueta. El espaldar está pensado para ofrecer el descanso más reparador y, por eso, es el punto de partida para el diseñador”, comenta Vaca.
Es un mueble que se ha ido adaptando a los tiempos y a los reducidos hábitat modernos, explica la diseñadora Alexandra Olmedo. “No obstante, para lucir en su verdadera magnitud, este mueble requiere de un ambiente espacioso, por eso se recomienda para ‘finalizar’ la sala”.
¿En precios? Son muebles caros, que van desde los USD 800 por la chaise más sencilla.