Tokio, AFP
El primer ministro japonés Yukio Hatoyama era blanco de severas críticas hoy, después de haber decidido postergar hasta 2010 su decisión sobre el futuro de una base militar estadounidense, que provoca tensiones en las relaciones con Washington.
A pesar de las fuertes presiones de la administración estadounidense, Hatoyama anunció que se pronunciaría en el curso del próximo año sobre el traslado de la base aérea de Futenma, situada en el corazón de una zona urbana de Okinawa (sur), hacia una zona costera menos poblada de la isla.
El Primer ministro de centro izquierda, que en septiembre puso fin a medio siglo de poder de los conservadores, se comprometió a revisar los acuerdos sobre las bases y el estatuto de unos 47 000 soldados estadounidenses desplegados en Japón y a reequilibrar las relaciones con Estados Unidos, que considera demasiado alineadas con Washington.
La población de Okinawa está harta de las molestias provocadas por el ruido, los accidentes y la criminalidad que generan la presencia estadounidense y desea que Futenma sea instalada en otro lugar de Japón o bien al extranjero.
En Washington, el general James Conway, comandante del Cuerpo de Infantería de Marina, consideró “lamentable” la postergación de una decisión sobre el futuro de Futenma y advirtió que se corría el riesgo de cuestionar el programa global de reorganización de las bases del Japón, incluyendo la retirada de varios miles de infantes de marina de Okinawa hacia la isla estadounidense de Guam.
La prensa japonesa y la oposición conservadoras reprocharon a Hatoyama de dar muestras de indecisión sobre esta cuestión y aconsejaron al gobierno de aceptar sin tardar el traslado de Futenma hacia la bahía de Henoko, como estaba previsto en el acuerdo de 2006 entre los dos aliados.
Incluso el ministro de Relaciones Exteriores, Katsuya Okada, que era partidario de un arreglo de la cuestión de Futenma antes de fin de año, reconoció que las relaciones con Estados Unidos habían sufrido con esta crisis.