Presos ocupan el tejado de prisión del nordeste de Brasil tras masacre que dejó 26 muertos

Un grupo de internos enarbolan banderas y se agolpan en el deteriorado techo de la mayor prisión del estado de Rio Grande do Norte, un día después de que la policía retomara el control del centro tras la matanza. Foto: EFE

Un grupo de internos enarbolan banderas y se agolpan en el deteriorado techo de la mayor prisión del estado de Rio Grande do Norte, un día después de que la policía retomara el control del centro tras la matanza. Foto: EFE

Un grupo de internos enarbolan banderas y se agolpan en el deteriorado techo de la mayor prisión del estado de Rio Grande do Norte, un día después de que la policía retomara el control del centro tras la matanza. Foto: EFE

Decenas de presos ocuparon este lunes 16 de enero del 2017 el tejado del centro penitenciario de Alcaçuz en Natal, en el nordeste de Brasil, donde 26 detenidos fueron brutalmente asesinados durante un motín el fin de semana, informaron periodistas de la AFP.

En imágenes filmadas por AFP TV se puede ver a un grupo de internos que enarbolan banderas y se agolpan en el deteriorado techo de la mayor prisión del estado de Rio Grande do Norte, un día después de que la policía retomara el control del centro tras la matanza.

La tensión, sin embargo, continúa en los presidios del gigante sudamericano, centro de una guerra sangrienta entre facciones por el control del narcotráfico en el estratégico mercado brasileño. En lo que va de año, al menos 115 reclusos fueron asesinados en cárceles del norte del país, en su mayoría de manera atroz.

La disputa entre los dos mayores grupos delictivos del país -el Primer Comando de la Capital (PCC) de Sao Paulo y el Comando Vermelho de Rio de Janeiro- vivió su tercer gran episodio del año este fin de semana en Alcaçuz.

Al menos 26 presos fueron brutalmente asesinados, casi todos decapitados, en un motín que se prolongó por 14 horas.

El incidente empezó el sábado en la tarde, cuando reos de organizaciones criminales rivales lograron salir de sus pabellones para enfrentarse brutalmente en este penal con capacidad para 620 reclusos, pero que alberga a 1 083.

La ostentación de la violencia y la ferocidad de los asesinatos replicaron los motines de Manaos, donde fallecieron 56 reclusos el 1 de enero, y de Roraima, que concluyó con la muerte de 33 internos cuatro días después.

Con 622 000 personas privadas de libertad -en su mayoría jóvenes negros-, Brasil tiene la cuarta mayor población penal del mundo, por detrás de Estados Unidos, China y Rusia, según datos oficiales.

A nivel nacional, la tasa de ocupación de las prisiones es del 167%.

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