Peña Nieto, acosado por los escándalos

Estudiantes de la escuela de Ayotzinapa y padres de los 43 jóvenes desaparecidos participaron anteanoche en una protesta en la ciudad de Guadalajara. Foto: Héctor Guerrero / AFP

Estudiantes de la escuela de Ayotzinapa y padres de los 43 jóvenes desaparecidos participaron anteanoche en una protesta en la ciudad de Guadalajara. Foto: Héctor Guerrero / AFP

Estudiantes de la escuela de Ayotzinapa y padres de los 43 jóvenes desaparecidos participaron anteanoche en una protesta en la ciudad de Guadalajara. Foto: Héctor Guerrero / AFP

María Isabel Sánchez. AFP (I)

Presionado por la desaparición de 43 estudiantes hace dos meses, el presidente Enrique Peña Nieto enfrenta la peor crisis de México en décadas, acorralado entre el escándalo por una lujosa mansión de su esposa y persistentes protestas contra la violencia y la ‘narcopolítica’.

Hoy, la capital será epicentro de manifestaciones convocadas por grupos políticos y sociales que recibirán a tres caravanas encabezadas por padres de los desaparecidos que clamaron en varias regiones del país que sean hallados vivos. Algunos radicales amenazan con bloquear vías estratégicas y el aeropuerto.

“Es la crisis más delicada y profunda de México de las últimas décadas, sin salida clara. Genera incertidumbre que el gobierno no reaccione con medidas que enfrenten los graves problemas de justicia y corrupción, y que el movimiento de protesta esté muy fragmentado”, señala a AFP Nicolás Lazo, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Con inusual tono enérgico, Peña Nieto advirtió el martes que actuará con firmeza ante protestas violentas, al denunciar que algunos sectores, en desacuerdo con las reformas educativa y energética que emprendió al llegar al poder en 2012, buscan “desestabilizar” su gobierno.

En medio de la crisis, el Mandatario está también envuelto en el escándalo por una mansión de su esposa Angélica Rivera, comprada a una constructora mexicana relacionada con el consorcio chino que ganó una millonaria licitación estatal, cancelada repentinamente por el presidente.

Rivera anunció que venderá su fastuosa casa para frenar la polémica, pese asegurar que la adquirió con su trabajo como actriz de telenovelas. Y ayer, Peña Nieto anunció que hará pública toda su declaración patrimonial para darle una mayor “confianza a los mexicanos”.

“El Presidente está en una situación incómoda. El que la familia presidencial recule no es buena señal. Si no tenía nada malo pues se sostiene, pero hay indicios de que no fue transparente ni muy legítimo”, opina Eurubiel Tirado, analista de la Universidad Iberoamericana.

Para Tirado, el Gobierno busca con la explicación de la Primera Dama bajar la “desconfianza” y con su discurso fuerte “que amainen las protestas con amenazas”.

La crisis estalló el 26 de septiembre, cuando desaparecieron los estudiantes en Iguala, en el sureño estado de Guerrero, luego que policías corruptos y narcotraficantes los atacaron por orden del Alcalde local y los entregaron a sicarios que los habrían masacrado.

El hecho consternó al mundo y desnudó la extendida infiltración del crimen organizado en las instituciones mexicanas, desatando protestas que, en el caso de Guerrero, acabaron con edificios incendiados, al grito de: “Fuera Peña Nieto”, “Basta ya de narcopolítica”.

“El Presidente se ha tardado en actuar y tiene que haber cambios, que acabe la impunidad para políticos coludidos con grupos criminales, sino el país se va incendiar”, opina Antonio Ortega, presidente de la ONG Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública.

A siete meses de elecciones legislativas y de gobiernos locales, la crisis presiona al gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero también trastoca a todo el espectro político, como Partido Acción Nacional (PAN, conservador) y Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda), al cual pertenecen el Alcalde de Iguala -arrestado- y el Gobernador de Guerrero, quien dejó su cargo.

Uno de los principales políticos del Estado y mentor del Alcalde ha sido vinculado al excandidato presidencial Manuel López Obrador, quien se separó del PRD. “Si algo se ha pluralizado y democratizado en los últimos 20 años es la corrupción. Urge un cambio de 180 grados. Pero el Gobierno y los partidos no dan muestras de querer cambiar, están atrincherados”, afirma Tirado.

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