En Alemania el presidente tiene competencias limitadas y ejerce una función más bien protocolaria. Foto: AFP
El presidente federal alemán, Joachim Gauck, anunció hoy que desistirá de presentarse en 2017 para un segundo mandato de cinco años alegando razones de salud y de edad.
“Hoy les quiero comunicar que he decidido no presentarme para un segundo mandato. Esta decisión no me ha sido fácil porque es un gran honor servir a la República Federal de Alemania”, dijo Gauck, un disidente de la extinta Alemania comunista y activista de derechos cívicos, de 76 años, quien supo granjearse la simpatía de los alemanes.
“No puedo garantizar la energía y la vitalidad necesarias para un nuevo periodo de cinco años”, explicó en una breve comparecencia ante la prensa en el Palacio Bellevue de Berlín, sede de la Jefatura de Estado de Alemania. Gauck insinuó ya en abril que las obligaciones del cargo del presidente, que incluyen numerosos viajes, estaban afectando su salud.
El presidente alemán tiene competencias limitadas y ejerce una función más bien protocolaria. Cobra importancia en caso de ser disuelto el Parlamento o de quedar un gobierno en minoría.
La decisión, en torno a la cual ya se especulaba durante el fin de semana por una información de prensa, desató los rumores sobre los posibles candidatos a sucederlo en la elección que tendrá lugar en la primavera (boreal) del próximo año, pocos meses antes de los comicios generales. Entre los nombres que se barajan figuran el del presidente del Parlamento alemán, el democristiano Norbert Lammert, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y el titular de Relaciones Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier.
La búsqueda de un candidato podría tornarse difícil para las uniones conservadoras de la canciller Angela Merkel, enfrentadas desde hace meses por la llegada masiva de refugiados. Pero dada la proximidad con las elecciones generales, se espera que cada partido presente su propio candidato.
Gauck había anticipado una decisión sobre su futuro político para estos meses. Los conservadores, los socialdemócratas y los opositores verdes favorecían un segundo mandato al igual que la propia Merkel.
El dirigente, nombrado después de la caída del Muro como encargado de velar por el libre acceso y la conservación de los archivos históricos de la Stasi (la policía política de la Alemania comunista), es una figura muy popular en el país. Una encuesta reciente arrojó que un 70 por ciento de los alemanes querían que continuase en el puesto.
La Asamblea Federal encargada de elegir al jefe de Estado se reunirá el 12 de febrero de 2017. Gauck asumió en marzo de 2012 como sucesor del democristiano Christian Wulff, que renunció después de que la Justicia solicitase su desafuero por sospecha de tráfico de influencias.
Gauck fue el candidato propuesto por socialdemócratas y verdes en la elección de 2010, en la que se impuso Wulff. En 2012, la canciller acabó aceptando a Gauck después de que su propio socio de gobierno en aquel momento, el Partido Liberal, se pronunciase de forma sorpresiva y cerrada a favor del ex pastor protestante.
Durante su gestión Gauck demandó una mayor responsabilidad y protagonismo de Alemania a nivel internacional. La crisis de los refugiados y el fortalecimiento de la derecha populista en el país lo llevaron a tomar postura. “Nuestro corazón es grande pero nuestras posibilidades son limitadas”, recalcó.