Los presidenciables, viejas figuras políticas

El presidente Rafael Correa almorzó con un grupo de tuiteros simpatizantes del Régimen, en Carondelet. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

El presidente Rafael Correa almorzó con un grupo de tuiteros simpatizantes del Régimen, en Carondelet. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Dos tipos de candidatos resaltan en la carrera hacia Carondelet. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Dos tipos de candidatos resaltan en la carrera hacia Carondelet. Uno es el que tiene un capital político acumulado por haber estado en cargos públicos. Y el otro el que ha construido una imagen de forma independiente.

Los presidenciables que hasta ahora se conoce que terciarán en los comicios del 2017 son líderes históricos de sus organizaciones políticas o representan a partidos tradicionales. Ha quedado poco espacio para un relevo de nuevas figuras, como advierte la politóloga de la Pontificia Universidad Católica, Natalia Sierra. Para ella, el caudillismo explica en parte esta realidad.

A partir de la Constitución del 2008 rige un hiperpresidencialismo que permitió que la imagen del presidente Rafael Correa cope los espacios de la política y al mismo tiempo no se permita que otras figuras sobresalgan. Incluso dentro de sus mismas filas.

Él llegó como un ‘outsider’, que logró el triunfo en tres elecciones presidenciables consecutivas. Y ahora el rostro para los nuevos comicios del oficialismo, que lleva 10 años en el poder, es Lenín Moreno, que ya fue vicepresidente.

Según el analista político Julio Echeverría, figuras como la de Correa mueven el tablero en una primera etapa. Es cuando reciben la adhesión del electorado. Y luego, ya en el poder y con toda su estructura, consolidan su imagen y basan en ella la administración. En los actuales comicios no se vislumbra aún un líder que pueda ocupar ese papel.

Correa llegó al poder, recuerda Echeverría, en medio de una crisis que se caracterizó por la inestabilidad política. Hubo seis presidentes en 10 años. Él y el fallecido Jaime Roldós son, a criterio de Echeverría, figuras claras de ‘outsider’, porque eran poco relacionados con la política tradicional.

Correa, por ejemplo, emergió de la academia y cautivó a la gente por una propuesta de transformación radical. Roldós fue la figura esperanzadora tras la dictadura militar.

En las papeletas electorales que acabarán de configurarse el próximo 18 de noviembre, esta vez hay líderes con amplia trayectoria política.

Es el caso de Cynthia Viteri, la ficha del socialcristianismo, quien ya fue candidata en una ocasión pasada a la Presidencia y ha sido legisladora. También Paco Moncayo, exalcalde de Quito y exlegislador.

Guillermo Lasso y Álvaro Noboa, si bien no han ocupado cargos públicos recientes, han dedicado los últimos años a trabajar su imagen y proyección política. Lasso se posicionó desde el inicio como el presidenciable de Creo, el partido que fundó, y por segunda ocasión está en el segundo lugar de intención de voto.
Noboa, en cambio, se lanzará por sexta vez en la carrera electoral hacia la Presidencia.

Según Sierra, también hay rostros que si bien pueden parecer nuevos, la gente aún los asocia con la política tradicional. Como ‘Dalo’ Bucaram Pulley, quien ya fue asambleísta y ha estado desde niño expuesto a las cámaras por los cargos de su padre, el expresidente Abdalá Bucaram Ortiz. Pertenecen, además, a una especie de dinastía política, con tíos y familiares identificados con los partidos tradicionales.

Una excepción es Iván Espinel, presidenciable por primera vez, pero a quien la intención de voto no le favorece.

Según el analista político Luis Verdesoto, en la actualidad hay una multitud de jóvenes que vive ausente de la política, porque está hastiada de esta. Esa es otra explicación del porqué no se encuentran postas para dirigir la política.

Sierra explica que en este momento la sociedad ecuatoriana vive un proceso de despolitización, debido al caudillismo. En escenarios como el actual, la gente pasa su poder al caudillo y se despreocupa.

Sierra agrega que los nuevos líderes suelen surgir de fuertes procesos sociales, pero, durante el actual Régimen ha habido “persecución a toda forma de organización social, no se ha permitido que se desarrollen nuevos procesos políticos”.

Según Echeverría, Ecuador pasa por una crisis política y de representación. La gente -agrega- conoce la trayectoria de los caudillos y líderes históricos y elige confiarse en ella, porque son figuras con altas dosis de personalismo y también porque tienen un gran poder de decisión.

En contexto

Desde el retorno a la democracia el partido que más ha gobernado es Alianza País, con 9 años. Su principal figura ha sido el presidente Rafael Correa, que por primera vez no terciará en los comicios generales. Llegó tras una época de inestabilidad.

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