‘Alta preparación’ de armados en robo a blindados

Las FF.AA. difundieron imágenes del armamento (izq.) decomisado y de las capturas.

Las FF.AA. difundieron imágenes del armamento (izq.) decomisado y de las capturas.

La Policía y las FF.AA. investigan el origen de los fusiles utilizados en el violento ataque. Pesa 4 kilos, dispara hasta 120 balas por minuto y puede alcanzar un objetivo ubicado hasta tres kilometros de distancia.

Es el fusil automático liviano, conocido como FAL, y su munición, la 7.62, destruye tejidos. Dos de esas armas, una AK-47, una antiaérea y una subametralladora exhibió la Policía como evidencias del ataque perpetrado hace tres días contra dos blindados, en el km 100 de la vía Quito - Lago Agrio.

En la audiencia contra los dos sospechosos detenidos por el asalto, el mayor Fausto Martínez, jefe del Distrito de Sucumbíos tomó un proyectil 7,62 y explicó la capacidad de penetración de esa munición. “De un solo disparo le destruye la mano. A eso nos enfrentamos el miércoles”.

Ese proyectil provoca agujeros pequeños cuando ingresa al cuerpo, pero en el interior explota y destroza los órganos.

Los policías que organizaron el operativo describen el armamento decomisado como un “calibre de guerra”. Están seguros que los encapuchados hicieron una investigación exhaustiva antes de ejecutar el asalto.

Un alto oficial que opera en Sucumbíos lo tiene claro: no es delincuencia común. Para explicar su tesis se levanta de su asiento y explica cómo los sospechosos actuaron en el enfrentamiento con los policías. “La forma de tomar el arma y de apuntar... hacían dos tiros y se ocultaban. Eso revela que tienen alta preparación en la cuestión de asaltos”.

Hace cinco meses ya hubo un intento de robo en el mismo kilómetro de la vía Quito - Lago Agrio a un blindado. Los sospechosos utilizaron armas de grueso calibre y abrieron fuego al vehículo. Pese al ataque no lograron abrirlo. “Ahora emplearon dinamita”, dice el uniformado, y precisa que hasta el momento no se ha identificado si se trata de la misma organización delictiva.

Uno de los agentes que rindió su testimonio en la audiencia contra los detenidos, explicó que por momentos se sintieron en “desventaja”. En dos ocasiones no pudieron repeler el ataque de los asaltantes. “Estábamos en desventaja en número y en poder de fuego (fusiles contra pistolas 9 mm)”.

Alberto Molina, coronel del Ejército en servicio pasivo, no se atreve a asegurar que fue un asalto al estilo paramilitar, pero considera que no son asaltantes comunes. Hay un manejo sofisticado de explosivos y del armamento de guerra (FAL y AK-47). “Las condiciones del asalto son preocupantes”.

El exoficial ha visto ataques similares a blindados en Colombia y Perú, ejecutados por grupos subversivos.

En el 2007, por ejemplo, 13 sospechosos emplearon bombas incendiarias para robar el dinero de un blindado en Cali (Colombia). Los asaltantes incluso rociaron el vehículo con gasolina y bloquearon la carretera con un bus de servicio público y pedazos de madera.

En Europa también se han registrado asaltos de las características vistas el miércoles en la vía Quito - Lago Agrio.
Hace cuatro años, 10 sospechosos utilizaron explosivos para abrir un blindado que transportaba 8 millones de euros a una sucursal bancaria de Francia. Reportes de prensa de la época dan cuenta que se usó un cohete para abrir la puerta trasera del carro.

En 2008, en el mismo país, un grupo delictivo robó 900 000 euros a un blindado. Cercaron la carretera con dos autos y a la altura de un peaje lo hicieron estallar con explosivos.

Siete años atrás, en España, sospechosos armados con fusiles colocaron explosivos en un furgón blindado, que no logró estallar. También, obstruyeron la vía y ametrallaron el vehículo.

Los dos blindados atacados el miércoles tienen decenas de agujeros en la parte delantera. Anteayer, un agente del Comando de Sucumbíos trataba de contarlos, pero se perdía en el intento. A todos les llamaba la atención la capacidad del armamento y de los explosivos para destruir las latas blindadas de los vehículos.

Datos oficiales revelan que tres fusiles llevan el logo del Ejército Ecuatoriano y otro de las FF.AA. del Perú. Por ahora no se ha explicado por qué los sospechosos cargaban ese armamento.

“No vamos a especular alrededor del tema, aquí hay que hacer un trabajo conjunto con las Fuerzas Armadas porque son armas tipo FAL y están ahí con el logo de nuestro Ejército.
Habrá que hacer un trabajo conjunto para verificar si este fusil fue robado o cómo se perdió. Es decir, alguna respuesta tenemos que encontrar”, dijo el ministro del Interior, José Serrano.

Hay un antecedente: la Policía que opera en el cantón fronterizo de Macará, en el sur del país, detuvo a dos hombres que portaban un revólver marca Smith Wesson, calibre 38. Ese arma tenía grabado un escudo con la leyenda “Policía de Investigaciones del Perú”.

Ayer, 24 de octubre, en las FF.AA. se dijo que enviarían un boletín para dar detalles sobre el armamento decomisado tras el asalto a los dos blindados. En la tarde informaron que se indaga los fusiles junto con la PJ.

Según la Policía, el armamento confiscado será trasladado a las bodegas de la Policía Judicial de Pichincha. El dinero, en cambio, será entregado al Banco Pichincha cuando finalice el conteo de todos los billetes que se recuperaron.

En contexto
Ayer, el cadáver de Marco Vinicio Salazar, guardia asesinado en el ataque a los blindados, llegó a Quito. Sus familiares lo velan en la sede social de un barrio del norte de la ciudad. La víctima cumplió hace una semana 34 años y deja tres niños pequeños huérfanos.

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