La mayoría de los vecinos y comerciantes del barrio Dos Puentes abandonó sus viviendas. Ellos fueron a las denominadas zonas seguras de Latacunga. El sector está desolado. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO.
En horas de la tarde, Ximena Silva y José Aguilera regresan a su casa de dos pisos en la ciudadela El Carmen, ubicada a pocos metros del río Cutuchi en la ciudad de Latacunga.
Esta y otras 6 000 viviendas de sus vecinos pudieran ser afectadas por el descenso de lahares del volcán Cotopaxi si hubiera una erupción. Las otras residencias están asentadas en las riberas de los afluentes del Aláquez y Pumacunchi.
El miércoles, la pareja de esposos encendió las luces de la vivienda, corrieron las cortinas y abrieron las ventanas. El jubilado, de 68 años, observaba cuidadosamente si había pisadas o si algún objeto que está en el patio había sido movido.
“Nos comentaron que hay robos de los marcos de las puertas y ventanas de casas abandonadas. Hemos decidido regresar hasta tres veces en el día para cuidar que nada le pase a nuestra morada”, comentó Aguilera.
La casa de paredes pintadas de colores mostaza y verde fue construida hace 20 años y hace ocho días fue desalojada. Junto a sus tres hijos decidieron mudarse al sector El Calvario, considerada una zona segura.
Silva comentó que la refrigeradora, el juego de sala y otros enseres fueron trasladados a la casa de su hermana Mirella.
La mujer, de 65 años, indicó que en un posible descenso de flujos de lodo y piedras tendría 20 minutos en llegar a la zona segura.
“Nuestras cositas se podrían perder y por eso decidimos cambiarnos hasta ver qué pasa con el volcán. Es doloroso abandonar la casa donde pensabas pasar tus últimos días y ahora te toca estar molestando”, recalcó Silva entre lágrimas.
En la cuadra donde viven los esposos hay unas 30 familias. Ahora solo quedan ocho casas habitadas. Algunos moradores se fueron y otros migraron de la ciudad. Las pocas familias que se quedaron saben qué hacer si escuchan las sirenas o se anuncia una evacuación.
A diario, los integrantes del escuadrón motorizado de la Policía Nacional son los encargados de vigilar. Los uniformados se distribuyen por los diferentes barrios y ciudadelas que están deshabitadas.
También, realizan un censo para saber cuántas familias dejaron sus hogares y cuántas permanecen. La información será entregada a la mesa cinco de seguridad del Comité de Operaciones de Emergencia de Cotopaxi.
Según Roberto Almeida, jefe de la Policía Judicial de la provincia, el registró permitirá conocer a los vecinos que regresan a sus casas a vigilar.
El oficial indicó que los robos o asaltos disminuyeron en las zonas de riesgo y que hay un incremento en las zonas seguras. “Se aumentó el personal en las zonas de riesgo por el abigeato y el ingreso a casas abandonadas. Al momento no tenemos personas detenidas en estos sectores”, enfatizó Almeida.
En el barrio Dos Puentes, al sur de Latacunga, quedan tres familias de las 25 que vivían en este transitado lugar. Es un paso obligado entre los vecinos que viven en el oriente y occidente de la urbe. Junto al barrio se construye la nueva etapa del Hospital Docente y hay carteles que indican que en el sector había sastrerías, gabinetes de belleza, ferreterías y oficinas de abogados.
Dos de las tres tiendas del sector están semivacías en la calle Marqués de la Maenza. Gloria Tipantuña tiene una estantería grande, dos pequeñas y un refrigerador.
Allí apiló las fundas con galletas, fideos, latas con sardinas, fósforos, cubetas de huevos y otros productos. Su tienda de abasto funciona en un improvisado garaje.
“Antes del simulacro masivo tenía de todo y más cosas para ubicar mis productos. He tratado de reducir, tener lo indispensable y vivir con las justas para pagar las deudas del banco y ayudarle a mi hijo en sus estudios”, comentó Tipantuña.
Uno de los conjuntos habitacionales cercanos es El Loreto. En este espacio existen 31 casas de dos plantas y solo viven cuatro familias. Para evitar que autos ajenos ingresen al conjunto habitacional se ubicó una puerta metálica.
Patricio Morales, vecino y Scouts de Latacunga, comentó que por la falta de información sobre el volcán los vecinos migraron. El dirigente indicó que las autoridades deben iniciar una campaña para que los pobladores retornen a sus casas.
“Todos huyeron como si el volcán se fuera a llevar todo. Antes jugaban los chicos en la calle y hacían bulla”.
Ante esta preocupación las autoridades de la Gobernación de Cotopaxi realizarán la denominada minga de la motivación por el volcán. El gobernar Fernando Suárez informó que desde la próxima semana se sumarán psicólogos y motivadores a las capacitaciones. “Hay un problema en la ciudad y eso lo podremos parar con la motivación”, dijo el funcionario.
En contexto
El posible descenso de lahares del volcán preocupa a los vecinos que tienen sus casas en las cercanías de los ríos que cruzan por Latacunga. La Gobernación de Cotopaxi anunció una campaña de motivación para que los pobladores se queden en sus viviendas.
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