Redacción Construir
Es el premio más antiguo de Quito, pues se concede desde 1913.
Lamentablemente, el paso del tiempo, la falta de promoción, la falta de rigor en la selección de los premiados, entre otras causas, minaron el prestigio de este reconocimiento hasta casi volverlo una banalidad.
No obstante, los tres últimos años se ha notado un ligero repunte aunque, como afirma el Arq. Handel Guayasamín, quien presidió el jurado este año, todavía faltan muchas cosas por hacer.
¿Qué hacer para que el Ornato recupere el prestigio de antaño? Guayasamín apunta cuatro frenos: la falta de una adecuada promoción municipal, los engorrosos trámites que se necesitan para concursar, la idoneidad del jurado y la creación de la categoría de vivienda social.
Para Guayasamín, el jurado debería ser internacional. Y algunos requisitos, como la licencia de habitabilidad, deberían obviarse por ser incongruentes.
Este año, por decisión del jurado, no hubo Premios Ornato sino tres menciones de honor en las categorías: nuevas edificaciones y/o conjuntos destinados a vivienda unifamiliar, conjuntos destinados a vivienda multifamiliar y nuevas edificaciones destinadas para usos diferentes a vivienda.